Agentes de ATF ayudan a niños en NY a lidiar con violencia

Las clases de Gang Resistance Education and Training (GREAT) en escuelas alejan a jóvenes de las pandillas

El programa GREAT está dirigido a estudiantes desde cuarto a sexto grado.

El programa GREAT está dirigido a estudiantes desde cuarto a sexto grado. Crédito: EDLP / Cándida Portugués

UNIONDALE, LI — Cuando uno se imagina a un agente de la Agencia de Alcohol, Armas, Tabaco y Explosivos (ATF), normalmente piensa en grandes redadas de grupos criminales. Sin embargo, para los estudiantes de cuarto grado en la escuela Smith Street, una visita de la ATF significó aprender a reducir los niveles de violencia y ser solidarios.

“Todo comenzó jugando al baloncesto, uno de los chicos mayores empujó a Elida (9) y le gritó cosas totalmente inapropiadas. Fue bien mezquino y hasta quería que se fuera”, contó Darien (9) uno de los 20 niños que componen el aula en Uniondale, en el condado de Nassau, Long Island.

“Siempre teníamos problemas en el patio de recreo pero desde que tenemos la clase de Gang Resistance Education and Training (GREAT) podemos ver el impacto que está teniendo en ellos”, dijo su maestra Una-Bellelinda Titus. “Me gusta el programa porque alguien, además de mí, está enseñándoles. ¡Y cómo están creciendo!”.

Durante unas horas a la semana, Titus es reemplazada por una agente de la ATF que está a cargo de las clases de GREAT, y que pidió que no citáramos su nombre. Este programa ofrece un ángulo poco conocido de la agencia federal, donde no se trata de perseguir o de aplicar la ley sino de prevenir que los niños sean reclutados por las gangas o sean víctimas de la violencia.

El programa está dirigido a estudiantes desde cuarto a sexto grado, con manuales apropiados a su edad. A través de clases interactivas se recrean situaciones de la vida real, con dramatizaciones improvisadas que reflejan desde peleas entre hermanos a qué hacer en caso de encontrar un arma.

“Intentamos darles los instrumentos para que cuando llegue el momento tengan suficiente confianza en sí mismos, para que no sean parte de los matones ni de la violencia“, explicó la agente.

Analizando las situaciones, enseñándoles a reconocer los síntomas físicos de enfado e ira, y técnicas para sobreponerse, en la clase a la que asistimos los niños repasaron las posibles alternativas y sus consecuencias para cada situación, antes de tomar una decisión.

Todos tenían algún síntoma para explicar: desde el sudor de manos a la cara enrojecida, los brazos cruzados o los gritos y los puñetazos. Guiados por la agente de la ATF, aprendieron técnicas para controlar esas reacciones: respirar profundamente, alejarse hasta ganar el control, o pedir ayuda. Finalmente, aplicaron las enseñanzas en juegos de rol.

Por ejemplo, Amberly (9) pretendió quitar el iPod a su hermano y romperlo accidentalmente. “Es normal que él esté enfadado –les explicaba la agente- pero no puede dejarse dominar por ese sentimiento y hacer algo de lo que pueda arrepentirse“. Los propios niños también aportaron ideas para aliviar la ira.

Otro de los puntos en que enfatiza el programa es que deben pedir ayuda a los educadores, padres y guardianes. Por ejemplo, les explican que si encuentran un arma no deben tocarla porque puede estar cargada y dispararse, por lo que deben llamar a un adulto. “El problema es que están en muchos videojuegos y los niños piensan que un arma es O.K.”, se lamentó la agente.

Respecto a las pandillas, indicó que el mejor antídoto son las actividades extraescolares, para que no tengan “tiempo para caer en esas situaciones”.

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