Posible candidato presidencial quiere sacar deportaciones del camino

Republicanos y demócratas coinciden en que este tema será central en la próxima elección presidencial

El senador republicano de Kentucky Rand Paul quiere llegar a la Casa Blanca en 2016, y es uno de los pocos conservadores que parece estar consciente de que para lograrlo necesitará el voto hispano. Sin embargo, su postura en el área de inmigración aún no está clara.

El legislador se mueve en las grandes ligas, de eso no hay duda. En 2014, por segundo año consecutivo, Paul logró el primer lugar entre los nombres de posibles candidatos presidenciales en la encuesta realizada en la Conferencia Conservadora de Acción Política (CPAC), con un 31% del voto.

Es sin duda una figura que llama la atención de la base conservadora, sobre todo de votantes más jóvenes y en paralelo con figuras como Ted Cruz de Texas y Marco Rubio de Florida, está tratando de posicionarse en temas nacionales.

Inmigración es uno de ellos. Esta semana Paul aseguró que necesitaban ir más allá del mensaje de “deportación” para que los hispanos los escuchen. “No les va a importar que vayamos a la misma iglesia o tengamos los mismos valores o creamos en el mismo futuro para nuestro país hasta que vayamos más allá de este tema”, aseguró el legislador.

“Una de las formas de abrir la puerta con la comunidad hispana es dar seguridad de que el sobrino del señor García no será enviado de regreso a México”, dijo en sentido figurado al hablar de las deportaciones.

Pero a la hora de la acción, las palabras de Paul se quedan en eso, palabras. En marzo de 2013 el legislador insistió a nivel público en que republicanos como él debían involucrarse en ser parte de la solución para el sistema roto de inmigración. Ese mensaje resonó en el Capitolio y comenzaron las negociaciones a nivel privado con su equipo.

Pero fuentes cercanas al Grupo de los 8 en el Senado que participaron en las conversaciones con Paul, aseguraron a La Opinión que la actitud y demandas del legislador “no fueron vistas como serias”.

“Quería tener las dos vías, por un lado complacer a la base ultra conservadora y por otro a los latinos. Además, su conocimiento era superficial, no se informaba bien sobre los intereses que estaban en juego”, aseguró la fuente.

Paul dijo que la legislación migratoria “no aseguraba la frontera primero”. En el proceso de debate el senador había propuesto una enmienda donde la legalización estaba sujeta a un plan de seguridad fronteriza, que contemplaba un voto anual en el Congreso por cinco años, hasta completar una doble barrera en la frontera, programas de revisión de visa y protecciones en contra de la implementación de una identificación biométrica.

El legislador ha hablado de legalización, pero aún no está claro si está a favor de darle ciudadanía a los indocumentados y las condiciones para lograrlo.

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