Editorial: Por la igualdad salarial

Ninguna mujer se libra de la discriminación salarial cincuenta años después de que el presidente John F. Kennedy firmara la ley de igualdad salarial. Al ritmo actual las mujeres tendrían que esperar otros 45 años para cerrar la brecha con los hombres, según el Instituto de Investigación de Políticas de la Mujer (IWPR).

Hoy, el presidente Obama firmará dos órdenes ejecutivas para promover la igualdad de salarios para las mujeres con la intención de ayudar a cerrar la brecha con los hombres. Una de las órdenes ejecutivas prohibirá a los contratistas federales a que tomen represalias contra los empleados que discutan sobre la cantidad de dinero que ganan. La otra orden será un memorando presidencial que requerirá a los contratistas a que presenten los datos al gobierno que demuestra la compensación que ofrecen a sus empleados por sexo y raza.

Para las latinas el empuje presidencial es un paso más para acercarse no sólo a los salarios masculinos, sino a la paga del resto de mujeres: las mujeres latinas perciben un salario medio semanal de $541, incluso menos que los $722 que ganan las blancas o los $606 que ganan las afroamericanas, según los datos del IWPR.

En promedio, las mujeres que trabajan a tiempo completo ganan sólo 77 centavos por cada dólar que gana un hombre. La brecha es aún peor para las mujeres latinas y afroamericanas. Un estudio del Censo analizado por la Asociación Nacional para la Mujer y la Familia (NPWF) encontró que el salario medio anual para las mujeres con un empleo a tiempo completo es de $11,084 menos que los hombres. La situación es especialmente grave para las más de 15.1 millones de familias donde la mujer es el sostén de la familia. Y 31% de estas familias están por debajo del umbral de la pobreza.

Aunque ambas órdenes solo aplicarán a las empresas que tienen contratos con el gobierno federal, las acciones del Presidente deben servir como plataforma y tono político para poner más presión al Congreso en legislar medidas similares a nivel nacional y en el ámbito privado, en un año de elecciones de medio tiempo donde el voto del bloque femenino es cortejado desde ya en camino a la Casa Blanca 2016.

Es prioritario y sano para nuestra sociedad ofrecer una igualdad salarial que marque el progreso de las familias en los Estados Unidos. Esperamos que todas las empresas del país, tanto públicas como privadas, tomen el ejemplo de Obama.

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