EEUU desea una relación “funcional y constructiva” con Caracas

Las relaciones entre ambos países aún no mejoran a pesar de la expectativa que generó la llegada de Nicolás Maduro al poder

WASHINGTON — Pese a las tensas relaciones con Caracas, Estados Unidos desea una relación “funcional y constructiva” con Venezuela, aseguró a La Opinión la secretaria de Estado adjunta para América Latina, Roberta Jacobson.

El ascenso al poder del heredero del chavismo, Nicolás Maduro, creó expectativas en algunos círculos políticos sobre la posibilidad de mejorar las relaciones bilaterales.

Pero, un año después, ambas capitales siguen sin embajadores desde 2010, Venezuela tacha a Washington de injerencista y la administración de Barack Obama alienta a ese país a resolver mediante el diálogo los problemas internos y reducir la violencia en las calles.

“Tenemos una oportunidad histórica de fortalecer las alianzas, genuinamente maduras y de beneficio mutuo con la mayoría del hemisferio, a la vez que mantenemos una puerta abierta a mejores relaciones con países donde en la actualidad son más difíciles”, señaló Jacobson.

El secretario de Estado, John Kerry, “ha indicado reiteradamente que queremos tener una relación funcional y constructiva”, centrada en asuntos como el comercio, la educación, y la lucha contra el crimen transnacional y la violencia, resumió.

Asimismo, EEUU espera que la propuesta de Unasur de mantener conversaciones con la oposición conduzca a un “diálogo auténticamente inclusivo”, según Jacobson.

EEUU mantiene estrechos contactos diplomáticos en el hemisferio para facilitar ese diálogo y, junto a otros países de la región, insta a Caracas a que “respete los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de sus ciudadanos”, enfatizó.

El encuentro, en 2013, entre Kerry y el canciller venezolano, Elías Jaua, alimentó esperanzas de que ambos países podrían superar las fricciones.

Sin embargo, Venezuela mantiene suspendida su colaboración con la DEA y Maduro está convencido de que EEUU interviene en su país apoyando la “revuelta de los ricos”.

Las tensiones se remontan a la presidencia de George W. Bush, cuando Hugo Chávez, en el poder durante 14 años hasta su muerte en 2013, acusó a EEUU de respaldar el fallido golpe de Estado de 2002.

Las protestas callejeras desde febrero pasado contra la inseguridad, la inflación y la escasez de algunos productos básicos en Venezuela, y la violencia que dejó 39 muertos, más de 550 heridos y miles de detenidos, han contribuido a la acritud actual.

El Senado estadounidense condenó en una resolución la represión estudiantil y la situación de derechos humanos en Venezuela. Pero Washington no ha dicho si le impondría sanciones económicas, como sugieren detractores.

Frente a la retórica de doble vía, hay una realidad comercial: Venezuela es el cuarto exportador de petróleo hacia EEUU, y la idea de reducir la compra del crudo no ha encontrado eco en la Casa Blanca.

Para Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, el zigzagueo entre gestos de distensión y duras acusaciones contra EEUU. dificulta entender lo que Maduro en realidad quiere de Washington.

Esa “incoherencia” ha impedido un avance en las relaciones. Así las cosas, sería aconsejable controlar las expectativas de que éstas mejoren pronto, puntualizó Shifter.

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