Organizaciones comunitarias reunifican familias ante deportaciones

El Centro del Inmigrante y Unidad Latina en Acción Nueva Jersey crearon el proyecto Ñani (hermano, en mixteco) Migrante

Armando Villanueva abraza a su madre Clara después de dos décadas separados.

Armando Villanueva abraza a su madre Clara después de dos décadas separados. Crédito: cortesía

Nueva York — El récord de 2 millones de deportaciones durante la administración del presidente Barack Obama, cantidad que supera a cualquiera de sus antecesores, deja una ola de devastación para las familias; pero en Nueva York organizaciones latinas tienen éxito en su reunificación.

La última vez que el mexicano Armando Villanueva (44) abrazó a su madre Clara Lara, fue al despedirse hace 20 años. El mecánico residente del vecindario de Port Richmond poco recuerda de su natal San Jerónimo Xayacatlán, Puebla; una comunidad indígena mixteca de 4,500 habitantes en la región montañosa del estado.

“Le prometí a mi madre que algún día regresaría, pero cada año se hizo más lejano el cumplimiento de mi palabra”, comentó. “Conversar por teléfono fue lo único que nos mantuvo cerca por dos décadas”.

Gonzalo Mercado, director del Centro del Inmigrante, indicó que en la década de 1990 una nutrida cifra de inmigrantes de San Jerónimo Xayacatlán se estableció en Staten Island, atraída por la demanda de mano de obra en las industrias de la construcción y de servicios.

“Los lazos familiares desgastados y la herencia cultural en riesgo de perderse son factores que preocupan”, dijo el activista. “Los hijos de inmigrantes quieren saber de los abuelos que no conocen, de la tierra que forma parte de su identidad”.

Para reunificar a las familias fracturadas por la inmigración forzada, el Centro del Inmigrante y Unidad Latina en Acción Nueva Jersey; en colaboración con la organización mexicana Asamblea Popular de Familias Migrantes (APOFAM); crearon el proyecto Ñani (hermano, en mixteco) Migrante.

El programa, que se centra en unir familias y crear cooperativas para la justicia económica en comunidades marginadas de México, logró el reencuentro de Armando Villanueva y su madre Clara Lara. La mujer viajó desde San Jerónimo Xayacatlán, por invitación de Wagner College, para ver a sus tres nietos, a quienes sólo conocía en fotografías.

“El corazón no me alcanzaba para tanta alegría. Tantos años abrazando su recuerdo y de repente tenerla en mis brazos, fue una experiencia emocionante”, dijo Villanueva.

Otros residentes de la mixteca poblana también se reencontraron con sus familiares en Staten Island durante una estadía de tres semanas, a principios de marzo.

Roberto Vaca, de Unidad Latina en Acción Nueva Jersey, comentó que el proyecto a largo plazo reunirá a más familias mexicanas y se extenderá a comunidades de otros países latinoamericanos.

“En un momento en el que las deportaciones indiscriminadas golpean a nuestras familias, Ñani Migrante brinda un poco de alivio y esperanza”, indicó.

Vaca destacó que el programa también plantea la inversión en pequeñas empresas familias para la importación de artesanías y conservas de fruta, actividades a las que se dedican los residentes de San Jerónimo Xayacatlán. La meta de los inmigrantes en Staten Island es que su comunidad natal tenga acceso a internet y tecnología, logrando con ello otras formas de comunicación, hasta ahora limitada a llamadas de larga distancia.

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