window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

El Papa que canonizó a San Martín de Porres

Martín era hijo de un español, Juan de Porres, y de una esclava libre, natural de Panamá, Ana Velásquez, y fue acogido por el convento de Santo Domingo en Lima

NUEVA JERSEY – El recién canonizado Papa Juan XXIII tuvo su mayor acercamiento con el mundo hispano cuando en 1962 elevó a los altares al primer santo negro de América: San Martín de Porres, un religioso peruano nacido en Lima en 1579.

Hijo de un español, Juan de Porres, y de una esclava libre, natural de Panamá, Ana Velásquez, Martín fue acogido por el convento de Santo Domingo en Lima donde ejerció sus funciones de barrendero y encargado de la enfermería.

Su condición de mulato lo limitaría en el propio convento religioso donde no pudo ser fraile de misa y hasta le prohibieron ser hermano lego. Sólo le permitieron ser un aspirante sin opción al sacerdocio.

Sin embargo, Martín —conocido como el Fraile de la Escoba— se dedicó a practicar la caridad no solamente hacia sus semejantes sino también hacia los animales, siendo uno de los episodios más conocidos cuando hizo comer del mismo plato a perro, perico y gato.

Su aprendizaje previo como herbolario en botica y como barbero hicieron que Martín de Porres se convirtiera en un curador de enfermos durante su permanencia en el convento.

Martín murió el 3 de noviembre de 1639 despertando una devoción popular entre la gente más humilde. Pero no fue hasta el 6 de mayo de 1962, en que el Papa Juan XXIII lo convertiría en santo. Actualmente, un populoso distrito limeño lleva el nombre de San Martín de Porres en honor a este humilde fraile, cuya devoción se ha extendido a toda América. Su imagen es llevada cada año en procesión tanto en Lima como en Nueva Jersey y Nueva York. La basílica de Santo Domingo mantiene sus restos junto a la de otra santa peruana, Santa Rosa de Lima.

Contenido Patrocinado