Saludos con respeto y alegría

CIUDAD DE MÉXICO.— Con gran entusiasmo y emoción inicio mi colaboración en este espacio, agradeciendo a esta importante empresa la confianza depositada en mí.

Es una gran responsabilidad y así lo asumo.

Ustedes son mi objetivo; estoy aquí PARA USTEDES Y POR USTEDES.

Les ofrezco mi experiencia, pero sobre todo, mi pasión y mis convicciones.

Jamás escribiré una sola letra por compromiso personal o conveniencia.

Podremos estar de acuerdo o no, se vale; es más, resulta un ejercicio importante.

Habrá temas mil y raro sería que estuviésemos de acuerdo en todo, por todo, y para todo.

De eso se trata este espacio: de reflexionar y modular; de pensar y moderar nuestras pasiones y aficiones.

El futbol es ante todo emoción y pasión, elementos que suelen ser difícilmente controlables si no les ponemos freno y aceptamos reflexiones.

Insisto, se valen opiniones diversas y hasta diferentes. No pretendo acaparar verdades, pero de que en estas líneas me conocerán a fondo y sin conveniencias de ningún tipo, se los aseguro.

Así que aquí los espero con mucho respeto y alegría; deseo contar con su compañía y aceptación; dénme una oportunidad, visítenme aquí y caminemos juntos en busca de un futbol que nos mantenga felices y orgullosos.

El camino es muy difícil, pero juntos podremos buscar afanosamente los cambios indispensables para que quienes nos ofrecen un espectáculo profesional respeten nuestros derechos y tomen en cuenta nuestras emociones… ¡YO TAMBIÉN QUIERO MÁS (Y MEJOR) FUTBOL!

Coincide el inicio de nuestra comunicación con el final del torneo mexicano, con eso que llaman la fase regular, por cierto, un torneo mediocre y vergonzosamente llamado profesional; un torneo indigno y triste en el que se habló más de corruptelas, suciedad administrativa, equipos insolventes y administraciones fraudulentas; violencia, reglamentos obsoletos y caducos, en el que ni el 40% de los juegos resultaron emocionantes y de calidad… Un bodrio, para decirlo rapidito y claro.

Lo que sigue es la llamada “Fiesta Grande” de nuestro futbol, nombre impuesto por los mercadólogos para venderlo como algo especial y seguir exprimiendo los bolsillos de los aficionados, y extender el patrocinio de sus marcas anunciantes… Ya veremos.

Por lo pronto, recordemos que varios de estos equipos invitados a acrecentar el negocio de las televisoras tuvieron un torneo de pesadilla y que más que invitados a la fiesta, son intrusos que se colaron por la puerta trasera, merced a un sistema que premia no la regularidad y competitividad de los nominados; premia la mediocridad… Todo sea por el negocio.

Baste mencionar que faltando minutos para que la temporada finalizara, Chivas aún tenía posibilidades de calificar cuando en la tabla general podemos apreciar que ocupó el lugar 13, y el León calificó con 13 puntos menos que el líder… ¿Así o más podrido?

Y ojo, no estoy diciendo que sea ilegal, y eso es lo peor: se ha legalizado LA MEDIOCRIDAD; se ha formalizado la incompetencia, que resulta ser la antítesis de la esencia del deporte, ya que no llegan a esta Liguilla los mejores; llega cualquiera… Sí, cualquiera.

¿Recuerda usted cómo en Big Brother cambiaban las reglas del juego semana a semana según conveniencia para el rating?… Haga de cuenta.

Sigo pensando que aquellos que disfrutan y se consuelan con ver a su equipo metido en esta “Fiesta Grande” (?) son “villamelones” conformistas y mediocres, y háganle como quieran.

Creo que sólo los seguidores del Cruz Azul tienen derecho de sentirse orgullosos y felices por lo conseguido en el torneo, un poco abajo los del Toluca, que quedaron tan sólo 4 puntos abajo.

Pero el resto, si tuvieran un mínimo de vergüenza y sentido deportivo, ni la cabeza levantarían.

PD.- ¿En serio les motiva eso de que todos inician de cero… que es un torneo nuevo… que nada para nadie… que todos tienen las mismas opciones…?

De ser así, los compadezco.

Ya los enfermó la FMF con sus encantos mercadológicos. Son ustedes unos mediocres.

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