Las madres de ayer y las de hoy

Hispanas nos cuentan cómo fue la relación con sus mamás cuando eran adolescentes

La forma de criar a las hija ha cambiado mucho en las últimas generaciones.

La forma de criar a las hija ha cambiado mucho en las últimas generaciones. Crédito: shutterstock

Hablar de sexo con mamá, hace 30 años atrás, era impensado. Llegar con el novio y encerrarse en la pieza no se le pasaba por la cabeza a ninguna muchacha de 18 años. Y es que las madres a la antigua, por decirlo así, eran más estrictas que las de hoy.

Para saber cómo fue la juventud de algunas latinas, salimos a conversar a la calle para que nos contaran cómo fue su relación madre-hija y qué cosas estaban permitidas y cuáles no.

Rosa, de 40 años, recuerda que su madre corrió de la casa a su primer novio.

“Lo echó, no sé por qué, no le gustaba, nada más. Ella era así. Le tenían miedo”, cuenta entre risas esta colombiana.

Dice que siempre sintió que con ella fue mucho más estricta que con el resto de sus hermanas, “nunca supe si fue por celos pero conmigo, que era la mayor de las mujeres, nunca aceptó que tuviera amiguitos o novios cuando era adolescente. Ya con el de la universidad fue más permisiva, no lo amaba pero le hablaba”.

El caso de Ana es muy diferente. Pese a que nació en un pequeño pueblo en España, esta joven de 32 años asegura que su mamá “era mucho más moderna y abierta de mente que las mujeres de su época“.

Por lo mismo, nunca tuvo problemas de este tipo con su madre. Aceptó a sus novios con los límites normales que hay que tener con una hija adolescente.

Hoy en día, muchas mujeres cuentan que su mejor amiga es su madre. Pero hace un par de décadas atrás, era muy diferente.

Así lo confirma Verónica, de 54 años, quien asegura que pese a que su madre no era muy estricta, “sí habían temas que no se podían conversar. Eran prohibidos. Uno de ellos era el sexo”, dice.

Asegura que su madre nunca se quejó de nada ni le transmitió sus miedos, “ella nunca se abrió a contarnos qué sentía ni hablaba con nosotros sobre sus sentimientos”.

La juventud de Rosa fue muy similar.

“No había una relación en que yo le contara cosas íntimas. Sí hablábamos de otras cosas. Pero por ejemplo, jamás de sexo”, recuerda esta barranquillera.

Eso sí, cuenta que siempre fue muy preocupada y si ella tenía alguna fiesta “mi mamá se preocupaba de ponerme linda y comprarme las mejores cosas, no es que tampoco fuera una madre distante”.

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