Segregación racial en escuelas sigue, 60 años después

La integración racial en las escuelas aún no es una realidad a 60 años del fallo del caso Brown vs. Board que anuló la segregación

Cómo lograr el distanciamiento social en el aula, es uno de los desafios.

Cómo lograr el distanciamiento social en el aula, es uno de los desafios. Crédito: Archivo/Ciro Cesar / La Opinión

WASHINGTON, D.C.— En Estados Unidos ya no existen filas separadas para negros y blancos, pero 60 años después del histórico fallo del caso Brown vs. Board que anuló la segregación racial, en pleno siglo 21, la “integración” no es precisamente una realidad en todas las escuelas públicas del país.

La segregación de los estudiantes latinos ha repuntado y, junto a los afroamericanos, tienden a asistir a escuelas con menos recursos, de acuerdo a reporte sobre el balance racial en las escuelas públicas presentado esta semana por Gary Orfield, investigador de desegregación en UCLA en víspera del histórico fallo del Tribunal Supremo el 17 de mayo e 1954.

“El dictamen fue histórico y corrigió muchas injusticias contra las minorías, y no es el momento de revertir esos avances”, sostiene Lucinda Noches-Talbert, nieta de la fallecida activista de los derechos civiles, Lucenda Todd, quien contribuyó a promover la integración racial en las escuelas. “La nueva segregación escolar es inaceptable”.

Ahora, la segregación tiene más que ver con la desigualdad económica y social que con la discriminación racial, como explican los expertos.

“La segregación escolar persiste precisamente en vecindades segregadas”, según el Instituto de Política Económica (EPI). La “fuga” de los blancos a barrios con más recursos educativos ha agravado el problema, reforzando la idea de que el código postal determina el éxito académico.

De acuerdo con el reporte de Orfield, los estudiantes blancos y asiáticos tienen a asistir a escuelas de clase media o alta.

En 20 años, las caracteristicas de la población estudiantil en el Sur de California, por ejemplo, ha cambiado dramáticamente.

De 1995 a 2009, los condados de Ventura, Los Ángeles, Orange y San Diego, reportaron un fuerte incremento de estudiantes latinos; mientras que los condados de San Bernardino y Riverside aún más grande: del 39% en 1995 a 56% en 2008.

En cambio, la cantidad de estudiantes blancos y afroamericanos se ha reducido en las escuelas en todo el sur de California.

La población estudiantil refleja los cambios demográficos en barrios con alta concentración de minorías, como ocurre en el sur de California o en Nueva York, donde el Proyecto de Derechos Civiles de la UCLA documentó la re-segregación en algunos distritos escolares.

“Los inmigrantes latinos, como los de épocas anteriores, se establecen en barrios étnicos para su supervivencia, pero no hay datos fiables sobre si en realidad afrontan más segregación… sí puedo decir que los niños de bajos ingresos requieren muchos más recursos para elevar su rendimiento académico“, dijo en entrevista Richard Rothstein, analista del Instituto de Política Económica (EPI).

La nueva segregación ha dado pie al término “escuelas apartheid” –donde los blancos no pasan del 1%- e implica, según ProPublica, la marginación de los negros de bajos recursos.

En la actualidad, el Departamento de Justicia apoya demandas contra la segregación en 14 estados, casi todos en el sur de EEUU, salvo Connecticut e Indiana. La lista la encabezan Mississippi, con 44 casos; Alabama, con 43 casos; Georgia, con 37, y Louisiana, con 24. Florida y Texas tienen 9 y 6, respectivamente.

El 17 de mayo de 1954, la Suprema Corte emitió un fallo unánime en el caso Brown v. Board prohibiendo las políticas de segregación en las escuelas dando pie a un vigoroso movimiento de derechos civiles que se extendió desde restaurantes, autobuses y al derecho al voto.

Sesenta años después, la educacion pública es una reminiscencia de los días pre-Brown.

Cerca de la mitad de los estudiantes de la nación son de bajos ingresos; 44% son estudiantes de color, y ambas poblaciones están concentradas en escuelas segregadas.

De acuerdo a estadísticas, ocho de cada diez estudiantes latinos y más de siete por cada diez afroamericanos asisten a escuelas donde la mayoría de estudiantes no son blancos.

Al mismo tiempo, 43% de los estudiantes latinos y 38% afroamericanos van a escuelas “fuertemente segregadas” donde solo uno de cada diez alumnos es blanco.

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