¡Ummm, que rica fresa!

Aprovecha los beneficios nutritivos de este fruto, que abunda en esta temporada

Estamos en plena temporada del cultivo de la fresa, un fruto que por su gran valor nutricional pertenece al llamado grupo de las llamadas “súper frutas”.

Aprovechemos entonces al máximo su época de cosecha para incluirla en nuestra dieta diaria. Te damos una radiografía de la dulce fruta.

“Las fresas son una excelente fuente de vitamina C y ácido cítrico, dos poderosos antioxidantes; así como de otros importantes nutrientes como el folato, el potasio y la fibra”, dice Sylvia Meléndez-Klinger , nutricionista registrada y experta en cocina intercultural hispana.

Por su bajo contenido de azúcar natural, se clasifica entre las frutas perfectas para los diabéticos (1 taza de fresas tiene sólo 50 calorías) y para los que buscan bajar de peso.

Varios estudios han demostrado que ayudan contra el colesterol por su gran contenido de ácido ascórbico, así como de lecitina y pectina.

Las hojas y las raíces de la planta de fresa (llamada Fragaria) tienen propiedades antiinflamatorias. Una infusión de las hojas ayuda contra las inflamación del intestino, y la cocción de sus raíces reduce la inflamación y el dolor que causan la artritis y el ácido úrico.

Fíjate que estén brillantes, firmes y, sobre todo, que no tengan mucho tono verde o blanco en su parte superior. El tallo y hojas deben lucir un tono verde brillante y estar bien pegadas a la fresa.

Si las compras en canastos o cajas de plástico, asegúrate que no estén dañadas o con moho, ni que estén empacadas muy juntas, porque podrían dañarse.

Al seleccionarlas, no sigas la falsa creencia de que las más grandes son las sabrosas. Las fresas medianas poseen el mejor sabor, ya que contienen más jugo y pulpa al no tener tanto espacio vacío .

La fresas frescas son de esas frutas que deben guardarse en la refrigeradora tan pronto se llega a casa, ya que suelen arruinarse si están expuestas a mucha luz solar o a altas temperaturas.

“La fresa, como otras frutas y vegetales, se conservan frescas en el un refrigerador limpio, a una temperatura de 40 grados F. o más bajo”, dice Meléndez-Klinger. Y para su máxima conservación no hay que lavarlas sino hasta el momento de consumirlas.

Conviene lavar las fresas antes de ingerirlas o usarlas en alguna receta.

Para ello, sin remover el tallo y las hojas, se sumergen en un envase con agua por unos dos o tres minutos. Al removerlas del agua, levántalas con tus manos, para que el residuo de tierra se quede en el fondo del recipiente.

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