Castro es nominado por Obama

El Presidente espera la confirmación para su entrante secretario de Vivienda

Julián Castro (der.), alcalde de San Antonio, Texas, con Barack Obama durante su nominación oficial.

Julián Castro (der.), alcalde de San Antonio, Texas, con Barack Obama durante su nominación oficial. Crédito: EFE

WASHINGTON D.C — Como parte de una revitalización de su Gabinete en lo que queda de su segundo mandato, el presidente Barack Obama nombró ayer al alcalde de San Antonio, Julián Castro, como próximo secretario de Vivienda, y pidió que el Senado lo confirme “sin demoras”.

“Julián ha vivido el Sueño Americano”, dijo Obama en español, al nombrar a Castro, de ascendencia mexicana, como titular del Departamento de Vivienda (HUD).

“Y es precisamente porque ha vivido el Sueño Americano que él trabajará duro para asegurar que más personas recorran ese mismo camino y alcance sus sueños también”, continuó en inglés Obama, interrumpido por aplausos.

Obama también nombró al saliente secretario de Vivienda, Shaun Donovan como próximo director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca.

Obama hizo los anuncios durante un cálido acto en la Casa Blanca, ante una audiencia demócrata de líderes del Congreso, miembros de su Gabinete, y representantes de varios grupos cívicos hispanos y empresariales.

La reciente reconfiguración del gabinete comenzó tras los tropiezos de “Obamacare” que eventualmente forzaron la renuncia de la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, quien será reemplazada en el cargo por Sylvia Mathews Burwell, actual directora de la OMB.

Castro explicó que su misión será adoptar políticas de vivienda sensatas que permitan a más estadounidenses alcanzar el tan ansiado “Sueño Americano”.

El consenso en Washington es que Castro, una estrella ascendente del Partido Demócrata, podrá usar su puesto en HUD como trampolín para futuras aspiraciones políticas.

Saltó a la palestra como orador principal de la Convención Nacional Demócrata en 2012. Bautizado como el “Obama latino”, Castro suenapara la vicepresidencia en 2016, o como candidato presidencial.

Telegénico y pragmático, el atractivo de Castro, según quienes lo conocen o han trabajado con él es que ha sabido navegar las aguas de un estado dominado por el Partido Republicano.

Desde un mismo libreto, las reacciones de los demócratas en el Congreso y grupos afines fueron predeciblemente favorables al nombramiento y confirmación de Castro, quien comenzó su carrera como abogado, completó dos términos como concejal de San Antonio y ocupa el cargo de alcalde desde 2009.

Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza, llegó a calificar el nombramiento como “un jonrón” de Obama.

Castro “conoce los retos que afrontan las ciudades en lo que se refiere a vivienda” y sus programas han logrado revitarlizar el centro de San Antonio, dijo la congresista Carolyn Maloney, la demócrata de mayor rango en el subcomité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.

El Comité Nacional Republicano reiteró en una auditoría de 2012, un presunto uso indebido de parte de fondos de HUD en San Antonio.

“Sumarse a una Administración plagada de escándalos no es exactamente una movida que encamina a Julián Castro a (las elecciones de) 2016.

Sin embargo, es una movida adecuada porque durante su gestión… la ciudad (de San Antonio) malgastó fondos de HUD, y eso pega con el récord de mala gestión de la Administración”, dijo el presidente del RNC, Reince Priebus.

Aunque el RNC ha querido levantar polvareda sobre el asunto, los expertos vaticinan una pronta confirmación de Castro.

Líderes republicanos del Congreso, criticados por sus posturas contra de la reforma migratoria, no se han pronunciado sobre Castro.

Su hermano gemelo, el congresista demócrata por Texas, Joaquín Castro, rechazó las acusaciones del RNC.

“Esa acusación es ridícula. La ciudad de San Antonio tomó medidas muy agresivas antes de esa auditoría para asegurar que todo estaba correcto”, afirmó a la prensa el legislador tejano.

Si logra la confirmación, Castro asumirá las riendas en unos momentos en que la población hispana sigue sufriendo las secuelas de la burbuja hipotecaria. Para muchos hispanos, la compra de una vivienda es su única fuente de patrimonio y generación de riqueza.

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