Trabajadoras sexuales piden detener asedio

Las trabajadoras sexuales participan en un foro sobre derechos humanos.

Las trabajadoras sexuales participan en un foro sobre derechos humanos. Crédito: edlp

Santo Domingo — El Centro de Orientación e Investigación Integral (COIN) y el Movimiento de Mujeres Unidas (MODEMU) pidieron al procurador general, Francisco Domínguez Brito, que cese el asedio a las trabajadores sexuales y acusaron a fiscales y policías de incrementar el supuesto maltrato en su contra.

Santo Rosario, director del COIN, y Jacqueline Montero, regidora por el municipio de Haina, San Cristóbal (Sur) y presidenta del MODEMU, hicieron la denuncia al inaugurar el “Foro sobre Violencia Basada en Género Derechos Humanos y Trabajo Sexual”, que busca discutir los casos de violación de derechos humanos.

“El Procurador Domínguez Brito persigue a las trabajadoras sexuales, pero no hace esfuerzos para que se les incluya en la seguridad social y en ningún programa que tenga como política pública sacarlas de esa situación de vulnerabilidad”, sostuvieron.

Aseguraron que en los últimos días han vivido “situaciones extremas” de abusos verbales y físicos por parte de autoridades.

“En un allanamiento realizado el pasado viernes en la discoteca Sensación, ubicada en la calle Pasteur en Gazcue, se desapareció un dinero”, denunciaron Rosario y Montero. Advirtieron que “la represión” que llevan a cabo las autoridades dará resultados contrarios a los perseguidos por el Estado, ya que, según dijeron, empujarán a la clandestinidad a las trabajadoras sexuales.

“La República Dominicana ocupa el quinto lugar en trabajo sexual en América Latina, y eso ni el Procurador, ni la Policía ni el Ministerio Público lo van a resolver a la fuerza”, enfatizaron.

En 2007 se estimaba que unas 100,000 personas ejercían el trabajo sexual en el país.

Rosario y Montero dijeron que el 60% de las trabajadoras sexuales del país ni siquiera completó los estudios secundarios.

Rosario y Montero consideraron que la precaria situación económica empuja a muchas personas al trabajo sexual. “Detrás de cada una de esas mujeres hay una mujer con hijos, que muchas veces no pueden ir a la escuela, con necesidades de sobrevivencia, con sueños que la sociedad ha truncado y con las marcas visibles de la exclusión social y económica”, dijeron.

“Amplios sectores de la sociedad discriminan y estigmatizan a las trabajadoras sexuales sin entender la complejidad de la problemática social. La gran mayoría de las mujeres que ejercen ese trabajo residen o provienen de sectores marginados de provincias lejanas de la capital”, explicó la regidora Montero.

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