Yasiel Puig… directo al Juego de las Estrellas
Aquel Yasiel Puig que le haciía swing hasta los lanzamientos subterráneos ya es parte de una historia parecida a un cuento de hadas.
Días después de haber celebrado a palo limpio su impactante debut en las Grandes Ligas, el astro cubano de los Dodgers se perfila como el mejor bateador de la Liga Nacional, al menos el más preocupante, y se encamina por la ruta directa que conduce al Juego de Estrellas.
Es el resultado de una serie de ajustes que inició en los pasados entrenamientos primaverales y que ha puesto en práctica en su segunda temporada en el mejor béisbol del mundo.
El Yasiel Puig de hoy día luce como un bateador más refinado y selectivo, sin perder la fascinación que despierta por la exagerada manera como arroja el madero después de hacer contacto.
Ha sido tan fructífero su trabajo en la caja de bateo, con su guante en el bosque derecho y su progreso en el corrido de bases, que Puig encabeza actualmente a los jardineros con el mayor número de votos para el Juego de Estrellas que se celebrará el próximo 15 de julio en el Target Field de Minneápolis, sede de los Mellizos de Minnesota.
Ya del par de arrestos por conducir a velocidad prohibida y su llegada tarde a la práctica de bateo previo al juego inaugural en el Dodger Stadium, no lo recuerdan o no lo quieren recordar los fanáticos de Los Ángeles y sus alrededores.
Miles han reconocido su espíritu de competencia, su forma alegre y agresiva de jugar, convirtiéndole en el jardinero con más votos recibidos en ambas ligas.
Al momento de elaborar esta nota, Puig había sido favorecido con 935,276 sufragios para abrir en el bosque derecho por la Liga Nacional en la cita de astros que parte en dos la temporada regular.
El famoso virus psicológico que afecta a la mayoría de los peloteros después de un año fenomenal ni siquiera se le acercó a Puig. Todo lo contrario.
Unicamente los grandes como ya lo es Puig superan esta prueba. Sus deslumbrantes números acumulados hasta el juego del pasado miércoles dan testimonio de que el joven cubano es y será una estrella por mucho tiempo.
Después del partido que los Dodgers perdieron 2-1 frente a los Medias Blancas de Chicago, Puig tiene promedio de bateo de .340 (segundo en la Liga Nacional).
Su porcentaje con hombres en posición de anotar es de .434 y .603 en slugging (bateo largo, jonrones). Tiene en su haber 40 carreras impulsadas, la segunda mejor producción de la Liga Nacional.
En el último encuentro contra los patiblancos se fue de 2-0, pero recibió dos bases por bolas mediante las cuales extendió 37 sus juegos consecutivos alcanzando bases, una racha que comenzó desde el 25 de abril.
Según el piloto Don Mattingly, Puig parece haber hecho a un lado un hábito pernicioso de tirarle a los lanzamientos malos. Su paciencia en el home ha sido evidente.
“Ha madurado mucho… por fin. Mantiene su energía sin perder el control. Ya ha aprendido a no desperdiciar su brazo haciendo tiros al lugar indicado. Lo mismo ha hecho corriendo las bases en forma ordenada”, ha comentado Mattingly en su acostumbrada charla con los medios previo a los partidos.
“Está obligando a los lanzadores que le tiren strikes. El año pasado estaba más ansioso en situaciones importantes, con corredores en espera de remolque. Este año está más calmado, más paciente y los rivales le tienen que tirar strikes. Una vez que puede hacer eso, no tiene límites en lo ofensivo”, destaco el estratega de los Dodgers que también ha sido paciente con su estelar guardabosque derecho.
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Los Dodgers, favoritos para ganarlo todo en esta temporada, salieron ayer rumbo hacia Denver, donde a partir de hoy se medirán tres veces a los Rockies de Colorado.
Van con un récord casi parecido al del año pasado (31-30) a ocho juegos de los líderes de la División Oeste, Gigantes de San Francisco.
Cuando Puig debutó, el 3 de junio dell 2013, los Dodgers tenían foja de 23-32, pero la entrada en escena del cubano, les permitió entrar en una racha de 42-8 a mitad de campaña, llevándose con holgura el título de su división.
Esa chispa inspiradora de Puig podría volver a saltar este fin de semana en el Coors Field. De otra manera, el equipo con la nómina más alta de las Grandes Ligas (235 millones de dólares), tendrá muchas dificultades para repetir ese espectacular repunte del 2013.
carlos.alvarado@laopinion.com