Inwood: Un rincón amable de Manhattan (videos)

El barrio se ha gentrificado pero mantiene su espíritu

Inwood combina los encantos de un pueblo con los servicios de la gran ciudad.

Inwood combina los encantos de un pueblo con los servicios de la gran ciudad. Crédito: Gerardo Romo / EDLP

INWOOD – Enclavado en la punta norte de Manhattan, este relajado vecindario combina los encantos de un pueblo con los servicios de la gran ciudad.

Dos grandes parquesel Inwood Hill y el Ishampermiten un contacto con la naturaleza único en la ciudad. Los parques tienen también canchas de tenis, básquet y béisbol, y hasta un campeonato—la liga Seaman—, una competencia de pelota organizada por el sindicato de taxistas, pero jugada por beisbolistas competitivos.

El pelotero dominicano José Salcedo (36) jugó la liga colombiana, y allí alternó con el famoso campocorto Edgar Rentería. Mientras masca tabaco en una pausa del juego habla con Pedro López (30), exparacorto de los White Sox y los Reds. Ambos todavía se ganan la vida con su pasión.

El vecindario, con un 74% de población hispana, ha experimentado un proceso de gentrificación de un modo menos traumático que otros barrios como Harlem o Williamsburg. El farmacéutico Manuel Ramírez dice que, tanto los antiguos residentes como los recién llegados, aman este barrio por su calma pueblerina.

Las hermanas dominicanas Magdali Montes (46) y Juana Durán (48), estilistas en el Dyckman Salon, aseguran que Inwood está densamente poblado de dominicanos, pero la llegada de gente de otras nacionalidades ha mejorado el comercio. “Hay todo tipo de comidas y negocios de categoría. Ya no hay que ir a Downtown. Además es más seguro”, dicen las dos casi en coro.

Donde se corta Broadway con la calle Dyckman empieza lo que los hispanos llaman “el boulevard”: dos cuadras repletas de bares elegantes que culmina con el restaurante La Marina, que ofrece una de las mejores vistas del río Hudson.

“Acá vienen sobre todo hispanos que quieren sentirse bien”, manifiesta la dominicana Clara Ramírez del restaurante “Mama Sushi”, cuyo chef japonés fusiona las dos comidas. ¿Qué tal un sushi con plátano maduro? En las mesas afuera los comensales pueden fumar la pipa de agua árabe llamada “hookah”.

“No sé si manejo un restaurante o un centro comunitario”, expresa Rachel Wilde (42), administradora del restaurante “Indian Road”, enclave elegante al otro lado del parque Inwood. “Tengo clientes y empleados hispanos y todo es tranquilo, sin las prisas de otros barrios. Además, puede haber un edificio cooperativo junto a otro de renta controlada y todos se saludan”.

Bienes raíces:

Comprar:

Según el Censo de 2010, al oriente de Broadway el barrio es hispano, con edificios de rentas controladas o bajas. Mientras, al occidente de la avenida se encuentras las propiedades y los arriendos más costosos. Los apartamentos de 950 pies cuadrados rondan los $400,000.

Los co-ops de dos habitaciones en la avenida Seaman promedian los $589,000, mientras que los de una habitación en la calle Academy cuestan $139,000.

Según New Heights Realty, los precios por pie cuadrado rondan los $400, con tendencia a subir a $500.

Para arrendar:

Apartamentos de una habitación, entre $1,000 y 1,300.

De dos habitaciones, entre $1,500 y $1,900

Un negocio:

Paradise Florist, 634 calle 207 Oeste. Propiedad de los mexicanos Vicente Ortega y Genoveva Rivera.

Para ir de fiesta:

Mamajuana Café, Restaurante-Bar. 247 Dyckman, esquina avenida Seaman.(212) 304-0140

Transporte:

La mayoría de los residentes usan el tren A hasta la estación 207 y Dyckman. O el tren 1 hasta Dyckman, 207, o 215. También llegan los autobuses M100, Bx7, Bx12, y Bx20.

Librería:

Inwood Library,4790 Broadway. (212) 942-2445

El mexicano Javier Morales (32) trabajó 10 años en un mercado en el barrio y eso le dio empuje para ganar capital y amigos. Ahora es dueño de Café y Market, en Broadway, y vende tanto tacos como sándwiches.

Inwood es un tipo de mármol que encontraron los primeros colonizadores al norte de Manhattan, y fue usado en la construcción en los siglos 17 y 18. De ahí el nombre.

40,000 personas se calcula que viven en el vecindario. La baja densidad se explica por la gran área de parques.

Manuel Ramírez (45), dueño de Dichter Farmacy & Soda Shoppe, 4953 Broadway.

¿Qué hace su negocio distinto a una farmacia de cadena?

La manera en que me enseñaron el oficio, para el que hice un juramento. Acá no se siente una energía negativa. Respondo a todas las preguntas si conozco el tema. Todavía vendemos tarjetas de felicitación de 99 centavos, buen café y donas baratas. No vendo productos dietéticos, pero sí homeopáticos.

¿Por qué es usted tan famoso en el barrio?

Porque sin ser político hago parte de la comunidad. Porque en el café converso con la gente que viene si tengo un momento libre.

¿Qué es del centro cultural?

Tengo un espacio adicional para hacer comunidad. Siempre me gustaron las artes y hacemos lecturas de poemas una vez al mes. Hace poco una mujer leyó un poema sobre su abuelita y todos lloramos de la emoción.

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