Todavía en deuda: 50 años de la Ley de Derechos Civiles

Pasaron 50 años de la Ley de Derechos Civiles, pero Estados Unidos no ha alcanzado el equilibrio racial en avance educativo ni la desegregación

El presidente Lyndon Johnson firma la Ley de Derechos Civiles el 2 de julio de 1964. Detrás de él, Martin Luther King.

El presidente Lyndon Johnson firma la Ley de Derechos Civiles el 2 de julio de 1964. Detrás de él, Martin Luther King. Crédito: Cecil Stoughton, White House Press Office (WHPO)

Hace exactamente hoy 50 años, el 2 de julio de 1964, el Presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Derechos Civiles, que prohibió la discriminación en las escuelas y lugares públicos por raza, color, religión, sexo y país de origen, además de establecer las bases para la igualdad de oportunidad en el empleo.

Se había cumplido el sueño del reverendo Martin Luther King y completado la iniciativa del expresidente John F. Kennedy.

Sin embargo, cinco décadas después, cabe la pregunta: ¿son la discriminación y el racismo cosas del pasado?

La llegada del afroamericano Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos, en 2009, indicó un cambio en la realidad política estadounidense y la percepción de una mejora radical en los derechos civiles de las minorías. La imagen del primer presidente negro fue un hito histórico.

Pero tan solo seis años después la figura de Obama está disminuida. Una encuesta dada a conocer este miércoles por la Universidad Quinnipiac los participantes lo califican como “el peor presidente de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial”.

Medio siglo después de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles, la única propuesta que vino del campo republicano para legalizar a los inmigrantes indocumentados, pero sin concederles la ciudadanía, reza: “los indocumentados podrán vivir legalmente y sin miedo sólo si están dispuestos a reconocer su culpa, pagar los impuestos atrasados, aprender los valores americanos y mantenerse sin la ayuda del Estado”.

Desde esa declaración, la legislación se ha estancado sin remedio debido a la férrea oposición del sector más intransigente de ese partido.

A otro nivel, una muestra de que la eliminación del racismo aún es una asignatura pendiente es la grabación en donde Donald Sterling: el expropietario de Los Ángeles Clippers, equipo de la NBA, regaña a su pareja y le prohibe relacionarse con personas negras.

Las palabras del multimillonario provocaron un alud de réplicas y reacciones, desde el jugador de basquetboll Magic Johnson hasta el mismo Obama.

¿Y la equidad en el empleo?

En un discurso a la nación Kennedy incluyó las alarmantes estadísticas de aquel entonces:

“Un niño negro nacido en Estados Unidos tiene cerca de la mitad de las oportunidades de completar la escuela secundaria que un niño blanco que nació en el mismo lugar, el mismo día. Tiene solo un tercio de sus posibilidades de llegar a la universidad o de ser un profesional”.

Sin embargo, dijo, ese mismo niño tiene el doble de posibilidades de ser desempleado, de ganar solo diez mil dólares al año, de una vida siete años más corta”.

En oportunidad laboral y la equidad salarial, un importante componente de la Ley de Derechos Civiles, ha habido, dicen los expertos, “ciertos movimientos positivos desde 1964 en este frente”.

El más significativo fue la creación de la Comisión de Igualdad de Oportunidad en el Empleo que dio voz a cientos de miles de víctimas de discriminación en el trabajo.

Sin embargo, de acuerdo con un estudio del Instituto de Políticas Económicas, desde 1963 el índice de desempleo para los afroamericanos ha duplicado al de los blancos.

Es decir: el discurso de Kennedy en 1963 podría repetirse ahora mismo y ser tan actualizado y relevante como entonces.

Desde los años 70 los ingresos de los trabajadores en EE.UU. apenas han aumentado mientras que los ingresos del 1% más rico del país se han elevado un 165%, según explica el Nobel de Economía Paul Krugman.

No sólo los ricos son más ricos y los pobres más pobres, sino que los segundos disponen de menos oportunidades para revertir su situación. La clase media estadounidense en general ha sido la víctima de este descalabro, pero la crisis afectó con especial saña a las minorías étnicas o raciales.

Mientras que a finales de 2013 la tasa de desempleo de los blancos era del 5.9%, entre la comunidad hispana era del 8.3% y para la afroamericana, del 11. 9%.

La desigualdad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del debate político del Presidente Obama quien se refirió a esta en su último discurso del estado de la Union como “el mayor desafío de nuestros tiempos” y recientemente firmó una orden ejecutiva para aumentar el salario mínimo a 10 dólares la hora.

¿Y en educación?

Desde el discurso de Kennedy la brecha educativa entre las razas no es la ideal, pero ha mejorado. En 2011, la deserción escolar fue del 7% para los afroamericanos y 14% para latinos, comparado con 5% para los blancos.

En lo que a titulos universitarios se refiere, los afroamericanos de entre 25 a 34 años de edad cuentan con 1%, comparado con el 37.7% de los blancos de la misma edad.

Pasaron 50 años de la Ley de Derechos Civiles, pero Estados Unidos no ha alcanzado el equilibrio racial en avance educativo ni la desegregación.

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