Messi: Los secretos del ‘mejor jugador del mundo’

Es considerado como el mejor jugador del mundo y, para muchos, el mejor de la historia del fútbol

Se trata de Lionel Andrés Messi Cuccittini (se dice que fue bautizado como Lionel por el nombre del cantante estadounidense Lionel Richie).

Nacido en Rosario, Argentina, el astro de la Albiceleste jugará el domingo la Final de la Copa del Mundo en uno de los templos del balompié, el Maracaná, y tratará de escribir con letras de oro su nombre en el libro de los inmortales, como los legendarios Pelé y Maradona.

Pero su vida futbolística no ha sido nada fácil, como pudiera pensarse.

Lionel desde pequeño tuvo un esférico en sus pies y los profesores decían que era un inseparable del balón y amante al fútbol.

Su abuela Celia influyó mucho en su vida, ya que ella llevaba a sus hermanos mayores y a él a los entrenamientos.

Messi se unió a los 5 años de edad al Newell’s en Rosario. El campo ‘Grandoli’ fue testigo de los primeros destellos de grandeza futbolística que mostraba el futuro crack argentino.

En una ocasión, “Leo” y su equipo disputaban una final y su ex compañero Juan Cruz Leguizamón lo explicó así: “Una final, me acuerdo que si salíamos campeones, ganábamos bicicletas. Comenzó el primer tiempo y no llegaba.

“Terminó el primer tiempo sin Leo e íbamos perdiendo 1-0. Él había llegado tarde porque se había quedado encerrado en el baño de su casa y tuvo que quebrar el vidrio para escaparse. Cuando llegó, anotó 3 goles, pero esto pasó con él muchas veces”, expresó.

Nadie podía negar el talento que tenía ese niño, pero comenzaban a preocuparse porque era de una estatura muy pequeña.

Los médicos del club le dijeron que tenía que inyectarse hormonas de crecimiento no sólo para jugar, sino para vivir, porque su cuerpo no podía producirlas. El tratamiento resultaba muy caro, unos 1,500 dólares al mes, y el Newell’s no quiso seguir pagándolo.

“Leo” y su padre buscaron que el River Plate hiciera el pago para apoyar a la joven promesa, pero el club se rehusó a aportar un centavo.

Al joven Messi parecía que se le acababan los recursos pero nunca perdía la esperanza.

Llegó al Barcelona información sobre este ya jovencito que hacía magia con la zurda; lo llamaron para realizarle una prueba y el entrenador Carlos Raxach quedó deslumbrado por el talento que mostraba.

La espera de los Messi fue de dos meses y parecía cosa de chiste, pues el primer contrato de Messi fue plasmado en una servilleta, en la que Raxach se comprometía a darle la oportunidad.

Era una decisión muy riesgosa porque el Barcelona pasaba uno de sus momentos más bajos deportivamente hablando.

El 1 de marzo del 2001, “La Pulga” firmó su primer contrato con el club al que nunca olvidará por lo mucho que le ha dado.

“Leo” siempre que hace un gol mira hacia arriba, alza sus dos manos y apunta hacia cielo para dedicarle los goles a quien fue la que más lo impulsó a seguir como futbolista: su amada abuela, que nunca pudo ver sus triunfos, pero que aún vive en cada gol que logra el astro.

El “10” de Argentina está a punto de cerrar uno de esos mitos de que para ser el mejor tiene que ganar un Mundial.

El astro argentino podría subir el domingo al podio de los eternos del fútbol y graduarse como el más grande de la historia de este bello deporte.

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