Sé infiel a tu champú guilt free
Cambiar de champú de vez en cuando es refrescante para tu pelo.
A veces la relación que mantenemos con nuestro champú es muy personal, pero serle infiel de vez en cuando no está mal.
Un día sin avisar, tu champú preferido deja de funcionarte. Ese compañero por meses que te dejaba el cabello con un brillo envidiable y te regulaba la grasa, con el que habías logrado un equilibrio en tu cuero cabelludo, ¡pierde su charm!
¡A mí me ha pasado! Mi champú antigrasa que solía usar hasta hace un par de semanas me dejaba el pelo con un aspecto horrible incluso el mismo día de lavármelo. Esto se debió a que mi cabello se acostumbró a él y por eso dejó de tener su efecto. Fue justo en ese momento en el que me di cuenta que yo no estaba al mando de las decisiones de mi pelo, si no que él solito era el que me estaba hablando y aquel champú ya no le gustaba.
Al comentarle esto a mi peluquera me explicó que según cambiamos de estación, los cuidados capilares también deben ser otros, ya que en temporadas como el verano el exceso de sudor hace que el cuero cabelludo pueda parecer más graso y dejar el cabello con poco volumen y lacio. Me dijo que la solución era cambiar mi champú antigrasa por uno que aporte volumen. Y me recomendó que lavara muy bien el cabello, ya que muchas veces con las prisas de nuestra rutina diaria nos duchamos rápido y descuidamos el enjuage.
Gracias a su consejo, estos dos pequeños cambios me han dejado el cabello mucho más suelto y voluminoso en tan sólo unos días. Cosa que no me viene mal, porque además de que mi cabello tiende a graso, también es muy fino.
De todo esto pude sacar que no hay que tener miedo a ser infiel a tu champú. ¡En vez sentirte mal, puedes estar haciéndole un favor a tu pelo!