Rehenes de la inconciencia

Lo que sucedió el pasado jueves con el derribo de un avión de pasajeros en Ucrania es una llamada de atención al mundo entero.

Si los ataques terroristas del 9/11 cambiaron la manera en que la sociedad conecta unos con otros y, sobretodo, la forma en que nos transportamos, el ataque cobarde en contra de la aeronave de Malaysia Air nos deja huérfanos y víctimas del temor y la inseguridad en la vida cotidiana.

¿Quién podría afirmar que ahora viajar es más seguro? ¿Quién podría haber previsto que un simple avión de pasajeros con 80 niños y un grupo de científicos notables, se iba a convertir en el “chivo espiatorio” de un conflicto que amenaza con desestabilizar el mundo entero?

Rusia está jugando con fuego. Su apoyo a los rebeldes ucranianos, que buscan su anexión al gobierno de Vladimir Putin, podría generar una reacción en cadena que convierta al mundo entero en rehenes de la inconciencia. No tiene justificación que los prorrusos, como todo apunta, simplemente hayan disparado contra el vuelo MH-17 para atraer la atención internacional.

El gobierno de Barack Obama, en mayor medida, y la Union Europea, en menor medida, han comenzado a imponer sanciones comerciales en contra de Putin, para que promueva una paz en Ucrania y deje de apoyar a los rebeldes.

La respuesta de Putin no ha sido satisfactoria. Todo indica que los prorrusos están siendo armados por los ex soviéticos y cuentan con artillería que puede atacar a la sociedad civil, no solamente ucraniana, sino del resto del mundo.

Es la hora de que el mundo reaccione con fuerza. Tenemos que exigir una investigación concluyente. Los culpables del derribo del avión comercial deben de ser llevados a la justicia y garantizar un tránsito seguro de las aeronaves.

El ‘sin sentido’ ya no cabe en este mundo

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