Marihuana enmascarada atrae consumo juvenil en East Harlem
Autoridades buscan frenar el uso letal de droga en sobres que es consumida en su mayoría por jóvenes
Los sobres que supuestamente contienen marihuana sintética, apuntan al consumo juvenil. Crédito: Gerardo Romo / El Diario
Una pequeña bodega a un costado de una casa de empeño apenas llama la atención entre indigentes y edificios deteriorados en las inmediaciones de la calle 125 y la Avenida Park.
Cerca de la puerta, encima de una sección de tabaco, están en exhibición decenas de coloridos sobres de apariencia inofensiva y etiquetas juguetonas.
“Tú no te ves como alguien que fuma esta porquería”, dice desconfiado el hombre detrás del mostrador, de unos 30 años. “Muéstrame tu identificación”.
Después de acceder a vender un sobre de 4 gramos etiquetado como potpourri de fresa por $5, el comerciante sigue receloso.
“¿Eres policía?”, pregunta con una sonrisa de nerviosismo. “Tu cara no es de una adicta”.
Con nombres como Smacked, Scooby Snax o Geeked Up, etiquetado con el personaje de Bob Esponja, estos sobres contienen supuestamente la llamada marihuana sintética, un producto altamente peligroso que se comercializa en bodegas de vecindarios latinos, fuera del control de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y de las autoridades locales.
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Antes de 2012, la cannabis sintética -también conocida como Spice– se vendía libremente en tiendas de tabaco, pero fue prohibida a nivel estatal luego de establecerse que podía estar vinculada con graves reacciones adversas.
“La marihuana sintética es veneno rociado con veneno“, dijo Brian R. Crowell, el agente especial de la DEA. Crowell estuvo a cargo de una investigación que condujo al arresto de una red de distribuidores en noviembre del año pasado. “El producto se empaca en bolsas etiquetadas como ‘Scooby Snax’, apuntando a los consumidores más jóvenes”.
Se trata de sobres de 5 y 4 gramos que a simple vista podrían confundirse con golosinas, y que para evadir el ojo vigilante de la Uniformada se vende bajo la etiqueta de incienso o “potpourri”.
Para evadir controles, los fabricantes suelen usar distintos nombres comerciales. Los sobres suelen no traer identificación comercial válida, aunque en algunos casos alertan sobre los riesgos de su contenido con leyendas como “Caution Super Strong Incense” y advertencias de que no es apto para consumo humano.
Pese a la ofensiva de la DEA, un fumador ocasional confirmó la facilidad de conseguir la droga en bodegas y gasolineras.
“A cualquiera se la venden“, apuntó Waldo, de 27 años de edad, residente de la calle Simpson, en El Bronx. “Es barata. Los tecatos (adictos) y muchachos lo pueden pagar. A los chicos les atrae por los sabores”.
Según explicó Waldo, unos 10 gramos de marihuana natural cuesta de $25 a $50 dependiendo de la calidad, lo que multiplica el precio de la sintética.
La adicción de los indigentes es evidente en la frontera de East Harlem y El Bronx. En las inmediaciones del puente de la Tercera Avenida -un refugio común para los sin techo- se observan decenas de sobres vacíos de Green Giant, Scooby Snax, Caution Super Strong Incense, y Smacked.
