La crisis fronteriza y los republicanos

La victoria del presidente Obama en 2012 fue en gran medida gracias al voto hispano. Dado los cambios demográficos en este país –sobre todo la creciente importancia política de la comunidad hispana– los expertos políticos coincidieron en que los republicanos tendrían que atraer más latinos si querían recapturar la Casa Blanca.

Hoy miles de niños y niñas escapando la violencia en Centroamérica están cruzando la frontera. Para los republicanos, tratarlo como una crisis humanitaria sería más que una respuesta moralmente correcta; sería también una táctica lógica para atraer más apoyo hispano para el candidato republicano en el 2016.

Sin embargo, los republicanos se han lanzado por el sentido opuesto, insistiendo que estos niños deberían ser deportados, bloqueando más recursos para enfrentar la crisis, y resistiendo los esfuerzos del presidente para reformar el sistema migratorio.

Es posible que los republicanos estén cometiendo un suicidio político. Pero también es posible que la respuesta de ellos a la crisis en la frontera sea parte de una estrategia más complicada, y con una lógica cínica, que los dejará con muchísimo poder político aunque no logren ganar la presidencia.

Es cierto que los demócratas controlan la Casa Blanca, y que tendrán la ventaja demográfica en 2016 para retenerla.

Pero también es cierto que los republicanos controlan la Cámara de Representantes y en noviembre podrían retomar el Senado. Con el control del Congreso, sería imposible para el presidente Obama gobernar por la vía legislativa.

La única opción para el mandatario sería la de usar sus poderes ejecutivos, como lo ha hecho en el campo de la migración, ordenando que las agencias federales suspendan procedimientos contra indocumentados que llegaron como menores.

También lo ha hecho en el campo ambiental dado la oposición republicana a leyes para combatir el calentamiento global.

Si los republicanos se desesperan al ver que no podrán ganar la presidencia en dos años pero apuestan a que podrán dominar el Congreso después de noviembre, entonces lo más lógico sería hacer lo posible para limitar el poder del presidente.

Por eso importa este enfrentamiento sobre la frontera. La estrategia republicana apunta a paralizar la maquinaria legislativa – ya le han informado al presidente que no habrá voto este año sobre la reforma migratoria –para que el único remedio para Obama es usar ordenes ejecutivos

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