‘Crisis humanitaria’
Amnistía Internacional enviará observadores para documentar los abusos y violación de derechos civiles
WASHINGTON, D.C. Amnistía Internacional enviará a un equipo de trece observadores a la ciudad de Ferguson para documentar lo que calificó como una “crisis humanitaria”.
Se trata de la primera vez que la organización, más conocida por documentar violaciones a los derechos humanos en el exterior, ha destinado una delegación de expertos para vigilar la evolución de una crisis dentro de Estados Unidos.
El objetivo de la delegación es poner bajo los reflectores lo que está ocurriendo en Ferguson e investigar los abusos a los derechos humanos en ese suburbio de St. Louis, explicó Steve Hawkins, director ejecutivo de Amnistía Internacional USA.
Lo alarmante, según Hawkins, es la escalada de la “crisis humanitaria” en Ferguson, tras la muerte del afroamericano desarmado Michael Brown a manos del agente Darren Wilson, el pasado 9 de agosto.
Para Amnistía Internacional USA, la represión policial en este lugar deja en claro que han surgido violaciones a los derechos humanos y normas internacionales, especialmente con el uso indiscriminado de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, la escalada de las tácticas policiales, las restricciones a la prensa y el toque de queda.
El equipo de que ha hecho gala la policía de Ferguson, incluido material militar como carros blindados, fusiles de asalto, aparatos de visión nocturna y fusiles de francotirador, para controlar los disturbios tras la muerte de un joven negro desarmado el 9 de agosto por un agente local, ha generado numerosas críticas en Estados Unidos.
El Pentágono defendió ayer la “utilidad” del equipamiento militar entregado a las agencias policiales de Estados Unidos ante las críticas vertidas por el excesivo uso de la fuerza por parte de la policía en Ferguson (Missouri), escenario de disturbios desde hace diez días.
El portavoz del Pentágono, el almirante John Kirby, señaló que estos equipos militares habían sido útiles y habían “beneficiado” a las comunidades en las que se habían utilizado.
“Esto no es un programa que está fuera de control”, dijo el portavoz en rueda de prensa desde la sede del Pentágono.