Amas de casa

Este es el oficio más desgastador en el mercado laboral

Papeles

Compañía multinacional líder en su género busca para su departamento de asuntos imposibles una ejecutiva de armas tomar que responda al siguiente perfil:

La candidata debe garantizar que al tiempo que habla por celular, dicta a la empleada del servicio los menús del almuerzo y de la comida, exige silencio a la prole, cambia noticias por boleros en la radio, se angustia, escribe wasaps a sus amigas, habla mal de la suegra, recuerda cuándos meses de arriendo deben y va por leche y pan al supermercado.

Imprescindible acreditar la condición de todera que arregla la plancha, hace venir la luz cuando se va por falta de pago o por algún corto circuito, piratea la antena parabólica, o construye con sapiencia de carpintero un clóset en cualquier hueco ocioso de la casa.

Mejor si ahorra plomero, es ducha en computadores, se luce como médica, sicóloga, obstetra, astróloga, siquiatra, politóloga y electricista, y remienda con igual destreza ropa interior con mucha historia por detrás, o acondiciona un traje de novia heredado pero con futuro inmediato asegurado.

En sus ratos de ocio, aparte de practicar sus deportes favoritos: barrer, trapear, agacharse, hacer la tarea de todos en casa…, la profesional requerida detesta a su esposo por ser luz erótica en la calle, oscuridad en la casa, vive al día en las noticias sociales que publican los medios, consulta el correo electrónico, tiene malos pensamientos con los maridos de sus mejores amigas y añora con ira e intenso dolor sus días de soltera cero kilómetros.

Debe ser especialista en el arte de despotricar de la humanidad, asistir a toda clase de recepciones, estar al día en gastronomía, y explotar una industria casera para ayudarle al marido que se bebe la mitad del sueldo.

La mujer que se busca cree en Dios, reza el rosario, se le mide a varias novenas al tiempo, juega cartas, se desespera.

La ejecutiva buscada estira los ingresos familiares de tal forma que le alcanza para distraer acreedores que amenazan con llevarse los electrodomésticos, compra toda clase de medicinas, inventa remedios caseros para los achaques de su entorno, paga el colegio de la prole y compra los regalos para el que cumplió años, se casó, se divorció, tuvo un bebé, se graduó…

A la hora de las tareas de los niños sabe ordenar fraccionarios de mayor a menor con su respectiva gráfica, realiza ecuaciones de primer grado con dos incógnitas y conoce al dedillo el significado de los procesos de meiosis y mitosis con sus fases.

Una mujer como la que se busca no sólo sabe dónde ponen las garzas, sino que conoce las letras de las canciones de rock que cantan sus hijos y los amigos de estos.

En la plaza de mercado se convierte en la compradora compulsiva que regatea los precios de los artículos de primera, segunda o tercera necesidad.

Si jamás sabe a qué horas se acuesta, tiene claro que tiene que madrugar a despachar a los hijos y al marido que se larga –por fin- a sudar plusvalía.

Si no cobra salario por ejecutar el oficio más desgastador del mercado laboral, el de ama de casa, felicitaciones: el departamento de asuntos imposibles de la compañía se pondrá pronto en comunicación con usted.

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