Obama aplaza las reformas
La demora en posibles alivios migratorios genera duras críticas

El presidente Barack Obama afirma no querer la politización del tema migratorio. Crédito: EFE
WASHINGTON, D.C. Ante a la lluvia de reacciones que acusan al Presidente Barack Obama de “traición” y “decepción” por parte de grupos pro-inmigrantes y sindicatos por haber cedido a la presión de un grupo de demócratas que buscan salvar sus escaños en las elecciones de noviembre, la Casa Blanca salió ayer en su rescate diciendo que el mandatario quiere tomar medidas “decisivas y sostenibles” para su meta final: la reforma migratoria.
“Esto no es para apaciguar a nadie cuando (Obama) tome acciones para fines de año, contestará a la gente que duda de él”, afirmó a La Opinión una funcionaria de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.
La fuente insistió en que son los republicanos los que, para movilizar a su base, han politizado el asunto.
Pero mientras tanto la demora podría significar la deportación de otras 70 mil personas en las nueve semanas previas a las elecciones.
Las reacciones al anuncio de que Obama de postergar los alivios migratorios, fueron inmediatas por parte de los Sindicatos como el UFW (Unión de Trabajadores del Campo) y el SEIU (Unión Internacional de Trabajadores de Servicio), así como de los grupos pro inmigrantes que años luchado durante años por una reforma migratoria y exigido al mandatario que cumpla con su promesa hecha a la hispana durante sus dos campañas presidenciales.
Pero ayer sábado Obama rompió una vez más a su promesa. En la última, hecha el pasado 30 de junio cuando dijo que, ante la falta de acción del Congreso para arreglar en fallido sistema de inmigración de EEUU, anunciaría alivios para fines de verano. Esta vez su justificación fue el “obstruccionismo” de los republicanos.
Obama tomó su decisión el viernes a su regreso de Europa, donde durante una conferencia de prensa indicó que ya había recibido algunas recomendaciones sobre inmigración por parte del Secretario de Seguridad Nacional (DHS) Jeh Johnson, y del Procurador de Justicia, Eric Holder y que “muy pronto” anunciaría los pasos a tomar.
Según fuentes de la Casa Blanca, el mismo viernes Obama comenzó a alertar a los legisladores y activistas de su decisión.
En las últimas semanas Obama había dado señales del peso de la presión de algunos demócrátas cuyos escaños se encuentran vulnerables en los comicios del de noviembre, entre ellos Mark Pryor , de Arkansas; Mary Landrieu, de Luisiana, y Kay Hagan, de Carolina del Norte, en su consideración sobre cuándo sería el momento oportuno para tomar acción ejecutiva.
Los asesores de Obama aún recuerdan las derrotas demócratas en 1994, achacadas a sus votos a favor del control de armas y que minaron la posibilidad de lograr una legislación en el futuro.
En un discurso reciente Obama señaló que la crisis de los niños migrantes afectó el cronograma y fue ahí cuando dejó entrever que no tomaría accón antes de los comicios.
Para los sindicatos y grupos proinmigrantes, que generalmente han sido aliados del Partido Demócrata, la postergación de Obama para dar alivios migratorios, deja la percepción de que el presidente y algunos de sus aliados demócratas en el Congreso se preocupan más por las elecciones que por su legado como “Deportador en Jefe”.
“Que los republicanos son obstrucionistas no es nuevo. La Casa Blanca tiene que convencer a la gente de que sí cumplirán, sin importar lo que esté ocurriendo en 8, 10 ó 12 semanas”, dijo a La Opinión, Angela Kelley, analista del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP).
Kelley confía en que Obama “actuará a lo grande” porque tiene la autoridad legal de ampliar el programa de “acción diferida” (DACA), la atención estará en las presidenciales de 2016, y Obama “quiere un legado libre de su trayectoria del mayor número de deportaciones”.
“Es como el novio que posterga su compromiso de boda chicas, ahora tenemos que pedir más, un anillo de diamantes de dos quilates”, puntualizó.