Sobrevivientes del 9/11 en riesgo de perder beneficios de salud

Miles de rescatistas y trabajadores expuestos a las toxinas de la Zona Cero siguen luchando contra diversos padecimientos, mientras cruzan los dedos para que se extienda la Ley Zadroga

Rosas blancas fueron depositadas en el Memorial del 9/11, en la víspera del 13 aniversario de los atentados terroristas.

Rosas blancas fueron depositadas en el Memorial del 9/11, en la víspera del 13 aniversario de los atentados terroristas. Crédito: Mariela Lombard / EDLP

“Tenemos una sentencia de por vida. Por una acción heroica estamos pagando con nuestra propia vida”, así evalúa el dominicano Alex Sánchez (47) su condición de salud actual luego de haber participado en las labores de limpieza y rescate en la Zona Cero hace 13 años, tras los ataques terroristas del 11 de Septiembre.

Además de tener que luchar cada día con sus múltiples dolencias, Sánchez, al igual que otros miles de afectados por las toxinas que surgieron tras el derrumbe de la Torres Gemelas, ahora teme que los beneficios de salud que recibe gracias a la Ley Zadroga sean suspendidos en el 2016, si la legislación no es extendida por el Congreso.

“Necesitamos cuidado médico a término indefinido, la medicina nos alivia pero no nos cura”, asegura Sánchez quien ha visto como su salud se deteriora con el paso del tiempo. Actualmente, padece de asma crónica, gastritis, nódulos en los pulmones, tos crónica durante el día y noche, y, hace poco, se recuperó de una neumonía y una úlcera estomacal. Por estos males debe tomar más de una docena de medicamentos.

Para Manuel Checo (54), otro trabajador de limpieza afectado por las toxinas, sus frecuentes ulceras en la piel siempre le hacen temer lo peor. “Estoy prohibido de disfrutar una playa en el verano porque podría desarrollar un cáncer, esas cosas lo ponen a uno mal, deprimen y producen estrés”, dijo el dominicano, quien agregó que su condición incluso ha afectado su vida de pareja.

En el caso de Checo, los problemas de las vías respiratorias han afectado especialmente su garganta y cuerdas vocales, al punto en que su voz se ha vuelto ronca y ha habido periodos de tiempo en los que no le fue posible hablar. “Ha sido un camino largo de padecimientos y lo último que nos podría pasar es quedarnos sin los beneficios a los que tenemos derecho”, comentó.

La preocupación de Checo y Sánchez es compartida por más de 37,000 pacientes inscritos en el Programa de Servicios de Salud para el Personal de Primera Respuesta del World Trade Center, que recibe fondos de la Ley Zadroga y es administrado por cinco centros hospitalarios de Nueva York, según datos del programa del Hospital Mount Sinai.

A pesar de que la Ley Zadroga cubre los cuidados de salud mental para los afectados, sus familias no reciben tratamiento, una situación que preocupa a algunos especialistas.

“La mayoría de los afectados sufren de Estrés Post Traumático, depresión, ansiedad y algunos han caído en el alcoholismo o las drogas a causa del trauma, una situación que afecta también a sus familiares cercanos quienes no reciben ninguna terapia psicológica”, explicó Rosa María Bramble, trabajadora social de la organización “Fronteras de Esperanza”. “En nuestra clínica prestamos este servicio porque nos hemos dado cuenta que es una necesidad, las familias de los afectados también necesitan terapia sicológica de primera mano”.

“Nuestras enfermedades también han afectado a nuestros hijos y a nuestras familias”, dijo Sánchez, quien perdió a la madre de su hijo en el momento de dar a luz, pocos meses antes de la tragedia del 11 de septiembre “Soy padre soltero y he tenido que criar a mi hijo en medio de todas mis enfermedades”. Sánchez se ha convertido en un activista por los derechos de los afectados y creó el grupo “United we Stand”, que representa a decenas de trabajadores, principalmente hispanos.

“El activismo me ayuda a dormir mejor. Ayudo a otra gente y así no siento que me estoy muriendo inútilmente”, comentó.

Como parte de ese activismo, Sánchez fue uno de los que luchó incansablemente hasta que el 2 de enero del 2011 el presidente Barack Obama promulgó la Ley James Zadroga 9/11, que además de otorgar fondos para los programas de salud de los afectados, también dipuso una compensación monetaria a toda persona (o representante personal de una persona fallecida) que sufrió daño físico o murió como consecuencia del impacto de los aviones durante los atentados del 2001 o por las tareas de limpieza que se llevaron a cabo después del terror.

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1,600 trabajadores de la Zona Cero han muerto hasta la fecha afectados por las toxinas, y 280 de ellos de diferentes tipos de cáncer, según datos de la fundación FealGood.

El lunes anterior, líderes políticos y sindicales junto con defensores de los derechos y los afectados por la tragedia se reunieron en la Zona Cero para exigirle al Congreso la reactivación de la Ley Zadroga por 25 años más.

Entre los políticos estuvieron el alcalde Bill de Blasio, la senadora Kirsten Gillibrand (D-Nueva York), los representantes Carolyn Maloney (D-Nueva York), Peter King (R-Nueva York) y Jerrold Nadler (D-Nueva York), entre otros.

Todos estuvieron de acuerdo en que la reactivación del estatuto es un derecho para estos trabajadores que ofrendaron su salud y su vida cuando la nación más los necesitaba.

El 11 de Septiembre del 2014 vence el plazo para que todos los trabajadores en las labores de recuperación y limpieza se registren con la Junta de Compensación Obrera del Estado de Nueva York que incluye a los trabajadores de la Zona Cero, Fresh Kills Landfills, las barcazas, muelles y el depósito de cadáveres.

Entre el 2014 y el 2015, todos los sobrevivientes de los ataques tienen plazo para inscribirse para los reclamos ante el Fondo de Compensación para las Víctimas del 11 de Septiembre (VCF). Cada caso es individual, por eso cada reclamante recibirá una fecha única de vencimiento.

El segundo plazo, después de inscribirse, es para presentar los Formularios de Elegibilidad y Compensación completos, y vence el 3 de octubre del 2016 para todos los reclamantes.

Según datos oficiales, el ritmo de entrega de los $2,775 millones de millones del VCF ya está en progreso, pero a 13 años del aniversario de los ataques, un 44% de los reclamos todavía no ha sido aprobado por falta de información. Hasta ahora, unos 16,449 reclamantes han presentado sus formas de elegibilidad ante el fondo federal.

Promulgada el 2 de enero del 2011 por el presidente Obama, además de otorgar fondos para los programas de salud de los afectados, da compensación monetaria a toda persona (o representante de una persona fallecida) que sufrió daño físico o murió como consecuencia del impacto de los aviones durante los atentados del 2001 o por las tareas de limpieza que se llevaron a cabo después del hecho terrorista.

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