¿Dónde debe quedarse el cuerpo embalsamado del Solitario Jorge?

Las islas ecuatorianas de las Galápagos y un museo de Quito se disputan el lugar donde descanse el cuerpo disecado de la tortuga

La tortuga conocida como el Solitario Jorge se convirtió en un símbolo de las islas ecuatorianas de las Galápagos y por ello no es de extrañar que el archipiélago desee convertirse en el lugar donde descanse su cuerpo disecado. Pero, por ahora, esto no va a ser posible.

El cuerpo de la tortuga gigante, que actualmente está en exhibición en un museo neoyorquino, se quedará en un museo de Quito cuando regrese a Ecuador a fines de año.

El Gobierno ecuatoriano argumenta que preservar el cuerpo embalsamado del Solitario Jorge requiere condiciones especiales, tanto de humedad, temperatura, espacio físico y seguridad, que las Galápagos no cumplen.

Solitario Jorge era el último de su especie.

“No discrepamos con la comunidad local y nacional que considera que el mejor sitio para que permanezca el Solitario es su propia casa, pero como responsables del cuidado de esta especie, al menos por ahora no puede ser así”, mencionó Lorena Tapia, ministra de Ambiente, en un comunicado.

Las islas se tendrán que conformar con una réplica en bronce que se pondrá en el Parque Nacional junto con un Centro Educativo.

Quito no descarta que el cuerpo embalsamado del Solitario Jorge regrese a su lugar de origen, pero mientras tanto será exhibido en Quito, para que los ecuatorianos y extranjeros que visiten la capital puedan conocer la historia de la famosa tortuga.

Se cree que el Solitario George tenía 100 años cuando murió en 2012.

Fue el último ejemplar conocido de la especie Chelonoidis abingdonii, una de las especies de tortuga gigante de las Islas Galápagos.

Cuando ya se creía que la especie había desaparecido, el Solitario George fue descubierto el 1 de diciembre de 1971 en la isla Pinta por por el biólogo Joseph Vagvolgyi y su esposa María.

El Parque Nacional Galápagos, donde vivió sus últimos 40 años, realizó diferentes intentos para su reproducción. Desafortunadamente, ninguno dio resultados.

Pero aunque no dejó descendencia, sí dejó un gran legado.

El autor del libro “El Solitario Jorge“, Henry Nicholls, dijo: “Nos guste o no, Jorge se convirtió en la máxima representación de las Islas Galápagos y de las especies en peligro en todas partes”.

“Sin ser consciente, fue capaz de comunicar el mensaje de conservación de forma más rotunda y con más dignidad que la mayoría de los seres humanos”.

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