Iglesias se unen para ofrecer refugio a inmigrantes

El movimiento "santuario" toma impulso para evitar la separación de familias ante la falta de acción del Congreso y de Obama

Washington.- Arizona, estado que adoptó una de las leyes más anti-inmigrantes en la historia reciente de Estados Unidos, se esta convirtiendo ahora en la “cuna” del nuevo movimiento “santuario”, que va sumando apoyo de iglesias y congregaciones en ciudades de California, Colorado, Nueva York, Illinois, Ohio, Pensilvania, Massachusetts, Maine, y Wisconsin.

Cansados de la inacción del Congreso y de la Administración Obama, líderes religiosos de todo EEUU piden apoyo a este movimiento para proteger de las deportaciones a inmigrantes, como la mexicana Rosa Robles Loreto, quien se ha refugiado en una iglesia en Arizona.

Desde hace 49 días Robles vive encerrada en un pequeño cuarto en una iglesia presbiteriana en Tucson, separada de su esposo y dos hijos, y a la espera de que se suspenda su orden de deportación.

Robles, que lleva 15 años en Tucson, dijo que tomar santuario en la iglesia “no fue fácil pero necesaria” y que lo único que quiere es regresar al lado de su familia.

“Esta lucha no es solo mía… es también la de otras miles de personas que afrontan el peligro de ser separadas” de sus familias, señaló.

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Fiel a las enseñanzas bíblicas de acoger al forastero, líderes de la comunidad cristiana y judía explicaron que, al igual que en la década de 1980 por las guerras en Centroamérica, este movimiento resurge en respuesta a la crisis desatada por las deportaciones y separación de familias.

“Esto es una respuesta a las promesas incumplidas de la Administración Obama… queremos prevenir la destrucción de más familias debido a las deportaciones”, explicó la reverenda Alison Harrington, de Tucson (Arizona).

Mientras, en en la Misión Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de La Villita, la indocumentada Beatriz Santiago Ramírez , junto con su hija Irán Castillo, de 7 meses de edad, se encuentran refugiadas de hace varias semanas para evitar la deportación.

Santiago Ramírez espera que Inmigración reconsidere su caso y se le otorgue la visa U porque fue víctima de crimen y violación sexual, o se ejerza la discreción procesal para que pueda quedarse en Estados Unidos con sus hijos.

Para religiosos como el reverendo afroamericano Julian DeShazier, de Chicago, la hipocresía de EEUU es clara: la clase política se precia de honrar los valores familiares pero ordena deportaciones masivas y la separación de las familias.

En ese sentido, el congresista demócrata por Arizona, Raúl Grijalva, se quejó de que los indocumentados se han convertido en números, a los niños migrantes se les trata como “invasores”, y se minimiza el impacto de las deportaciones.

El caso de Robles Loreto, señaló Grijalva, es ejemplo de la “agonía” de las familias.

El reverendo Noel Andersen, de Church World Service en Los Angeles, destacó la urgencia de que el presidente Barack Obama cumpla su promesa y otorgue protección al mayor número de indocumentados posible.

En la década de 1980, cuando los escuadrones de la muerte sembraban el terror en El Salvador y arreciaban los conflictos civiles en Centroamérica y más de 500 congregaciones apoyaron el movimiento “santuario”.

Ahora la página web www.sanctuary2014.org, quiere movilizar a las comunidades de fe a que se sumen al nuevo esfuerzo.

Por ahora, las autoridades de Inmigración no hacen redadas ni arrestos en los templos pero, según Allison, la comunidad religiosa asume el riesgo de violar las leyes al albergar a indocumentados porque “respondemos a una autoridad mayor”.

“Si una ley es injusta, debemos violarla”, resumió la rabina Linda Holtzman, de Filadelfia.

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