Jeter se viste de héroe en su despedida

El legendario 'Capitán' impulsa la carrera del triunfo en la novena entrada y se despide de su afición. Yankees 6 - Orioles 5

La leyenda, la historia viva del 2.

La leyenda, la historia viva del 2. Crédito: Getty Images

Derek Jeter se vistió de héroe en su última noche en Yankee Stadium. Con un sencillo en la novena entrada impulsó la carrera del triunfo para que su equipo ganara en su despedida 6-5 sobre el Orioles de Baltimore.

Fue una noche en que Jeter hizo de todo, incluyendo un error defensivo. Pero eso se le perdona porque el Capitán le regaló a la afición Yankee una oportunidad más de festejar en este año a pesar de estar eliminados en la temporada.

Jeter recorrió el diamante hasta su campo corto para acuclillarse y agradecerle con su gorra al público que no dejaba de gritar ni de aplaudir.

Pero por poco no se escribe esta historia.

El mal clima que azotaba Nueva York amenazaba con posponer o cancelar el encuentro del adiós del Número 2.

Nadie se hubiera movido del coso de El Bronx aunque se hubiera desatado un huracán. Todos querían ver a Jeter sin importar lo que ocurriera.

Finalmente el cielo se abrió, la lluvia se fue y el Capitán saltó en solitario a la grama del Yankee Stadium para jugar su último partido en la Casa que Ayudó a Construir.

Las 48,613 personas que abarrotaron anoche el estadio se fundieron en una ovación y un sonoro aplauso que le agradeció sus 20 años al servicio de la causa Yankee.

Ninguno se dejó intimidar por la lluvia y la amenaza de cancelación que crecía con cada gota que mojaba la tarde de El Bronx. A las 6:40 de la tarde se dio la voz de remover la carpa protectora y el diamante brilló. Habría juego de pelota.

Imágenes de leyendas del béisbol se proyectaban en la pantalla del jardín central con mensajes de despedida, de agradecimiento, de admiración, de fraternidad, de nostalgia por la carrera del más grande pelotero de nuestra generación.

Las gradas poco a poco se fueron llenando y muchos cargaban carteles con los que buscaban enviarle unas últimas palabras al Ídolo que les dio cinco anillos de Serie Mundial.

“¡De-rek Je-ter! ¡De-rek Je-ter!” comenzó a gritar la grada de los ‘bleacher bums’ en la pradera del jardín derecho y pronto todo el estadio se le unió convirtiéndose en una sola voz que se alzó en cada jugada, en cada turno, en cada pausa del partido.

Jeter, ese caballero de la pelota que se marcha el domingo del profesionalismo, se levantó la gorra en cada ocasión.

¡Adiós Capitán!

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