Fe pentecostal cautiva a latinos en El Bronx

Pastora de El Bronx dice que por un milagro se convirtió a esta congregación

@Zaira_Reporter

Con exaltada gesticulación y al ritmo de panderos, los feligreses de la Iglesia Pentecostal Vida Nueva en Cristo, en el sur de El Bronx, responden a los gritos de alabanza de su pastora, la puertorriqueña Luz González.

En el humilde púlpito dominado por una bandera estadounidense y rodeado de cortinas de terciopelo escarlata y ornamentos en marrón claro, Jimmy, un asiduo parroquiano, le pide de rodillas matrimonio a Santy, su joven prometida. Ella acepta entre sollozos y felicitaciones de los presentes.

El feligrés eleva las manos y agradece al Espíritu Santo por responder a su clamor por una compañera que, como Eva a Adán, lo ayudará en las tareas de lo terrenal.

“Dios dice que la mujer honre y siga a su esposo, así como esta joven se mantuvo íntegra para el que será su compañero”, expresó González (65) ante la conmovedora escena. Las mujeres y niñas, que son la mayoría en el pequeño recinto, asienten con la cabeza.

La pastora, criada en la fe católica y convertida al pentecostalismo hace 29 años, explicó que en esta fe la novia se mantiene pura y en el camino de la rectitud.

“Los novios no se quedan solos por ningún motivo. Somos una iglesia de la doctrina antigua, porque sirve a Dios el que es diferente”, apuntó. “Santy es una mujer de 27 años que se guardó para su esposo. La pareja se conoció por tres años antes de dar el paso al matrimonio”.

El pentecostalismo es una corriente cristiana del protestantismo que recalca la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo. Entre las manifestaciones más características de sus feligreses está el hablar lenguas extrañas y la creencia en la sanación divina.

La pastora contó que su conversión en 1985 obedeció a un milagro. Su esposo Néstor González fue diagnosticado con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) cuando ella estaba embarazada de su hijo menor. González afirma que “milagrosamente” ella no sufrió la enfermedad.

“Mi esposo murió hace 22 años, pero Dios me bendijo prolongando mi vida para cuidar de cuatro hijos, cuatro nietos y un bisnieto”, dijo.

Precisamente la enfermedad de Néstor González, quien también era católico, lo llevó a acercarse al pentecostalismo, y se convirtió en el pastor de la iglesia que su esposa preside hoy. La mujer se preparó tres años en el Instituto Bíblico para convertirse en pastora. González, quien desde hace 18 años está al frente de la iglesia situada en el vecindario de Mott Haven, enfatizó que los pentecostales creen en la Santísima Trinidad: Dios, Dios hombre y el Espíritu Santo.

Los feligreses ofrecen el 10% de su paga para mantener la iglesia fundada hace 30 años, pero el pentecostalismo de doctrina tradicional también exige un comportamiento conservador para agradar a Dios.

“No vamos al cine. Tampoco bailamos, bebemos o fumamos. Vestimos con decoro, sin aretes o joyas ostentosas”, destacó.

La pastora dijo que pese a que su iglesia está arraigada en el vecindario, sus feligreses aún enfrentan rechazo de vecinos que no comprenden su credo. Han sufrido agresiones verbales – les llaman locos, entre otros calificativos, dijo González -, y en el pasado la confrontación los llevó a realizar el culto a puerta cerrada, por seguridad.

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El pentecostalismo ofrece una alternativa de culto que muchas veces está mejor sintonizado con las necesidades y los deseos tanto espirituales como materiales de los latinos, dice el Dr. Andrew Chesnut, Director de Estudios Católicos en Virginia Commonwelth University.

“Los pastores son latinos, literalmente hablan su idioma, y el enfoque en la sanación divina y la resolución de problemas cotidianos responde a la realidad social y económica de los fieles”, apuntó. “La música cargada de emociones también es muy atractiva a los creyentes porque los pone en un estado en el cual están mas receptivos al poder de transformación del Espíritu Santo”.

Chesnut, autor de libro “Born Again in Brazil: The Pentecostal Boom and the Pathogens of Poverty”, destacó que aunque en muchas denominaciones las féminas no pueden ser pastoras, son ellas las que sostienen las congregaciones.

“En los cultos hay dos veces más mujeres que hombres, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica”, dijo. El estudioso opinó que la Iglesia católica enfrenta un gran reto en competir con el dinamismo del pentecostalismo. “Los cardenales eligieron a un latinoamericano como papa para intentar frenar el gran éxodo de católicos hacia las iglesias pentecostales”, expresó Chesnut.

La Encuesta Nacional sobre Latinos y Religión 2013 del Centro de Investigaciones Pew que estableció que casi un cuarto de los hispanos en Estados Unidos abandonó el catolicismo y señaló el atractivo especial que tiene el pentecostalismo.
Según esta investigación, entre los hispanos que abandonaron el catolicismo y hoy se identifican como protestantes, más de una cuarta parte (28%) son pentecostales. De ellos, un 29% pertenecen a denominaciones tradicionales como la Asamblea de Dios o la Asamblea de Iglesias Cristianas. Un 38% adicional se describen como pentecostales o carismáticos cristianos pese a no pertenecer a una iglesia pentecostal.
Casi tres cuartas partes de los hispanos pentecostales (74%) son nacidos en el extranjero, principalmente mexicanos (39%), puertorriqueños (19%) y El Salvador (15%).
En encuesta dos tercios de los hispanos pentecostales (64%) dijeron haber experimentado la sanación divina de una enfermedad o una revelación directa de Dios.
Cerca de seis de cada diez afirmaron ser testigos de un exorcismo (59%) y cerca de la mitad aseguró orar o hablar en lenguas.

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