Entre la espada y la pared
Las posturas de los Demócratas y Republicanos sobre inmigración no dejan muchas alternativas

Un grupo de personas esperan para ejercer su derecho al voto. Crédito: EFE
A unos cuantos días de las elecciones para renovar el Congreso y una parte del Senado, los latinos están entre la espada y la pared. El dilema es si castigar a Barack Obama y al Partido Demócrata por su inacción y su falta de coraje en el tema migratorio: no salir a votar o votar Republicano. Ninguna de las opciones es agradable, pero en la mente de más de un votante, quizá necesaria. Y es que la administración del presidente Obama calculó que tiene en la bolsa a los latinos, que son parte de una base dura e inamovible, y con eso criterio postergó el uso de la acción ejecutiva para dar protección temporal a millones de personas que están en este país sin estatus migratorio.
En el mundo de la política esto significa tomar el voto latino como garantizado y no como un voto por el que hay que competir, pelear y ganar. Está claro que los Demócratas tratan a los latinos como a otras minorías, particularmente a los negros, cuyo voto es considerado como dado. Para los Demócratas, el voto negro y latino es objeto de preocupación porque hay que movilizarlo, no porque haya que peleárselo a los Republicanos.
Pero como la metáfora lo sugiere, ninguna de las opciones para los latinos es buena. Quedarse en casa y no salir a votar deja el resultado de la elección en manos de los electores más comprometidos ideológicamente, quienes de por sí son los que se aseguran de votar en los comicios en que no está en juego la elección presidencial. Este segmento del electorado tiene nombre y apellido: son los Republicanos conservadores, típicamente blancos y residentes de los suburbios. Su objetivo: nulificar a la administración Obama durante los dos años que le restan, por medio de un renovando dominio Republicano de la Cámara de Representantes y la toma de control del Senado.
La otra opción pareciera impensable: votar directamente por candidatos republicanos. Y digo impensable porque con la excepción de algunos distritos electorales en California y Nueva York donde los candidatos Republicanos son en realidad Demócratas conservadores, en el resto del país el Partido Republicano se ha convertido en el abanderado de las causas retrógradas: limitar el acceso al voto, impedir el derecho de las mujeres a decidir sobre su salud reproductiva, deportar de forma masiva y sumaria a los inmigrantes no autorizados.
El político Republicano pragmático es una especie en extinción y en su lugar hay una camada de ideólogos de derecha, capaces de azuzar los peores miedos e instintos del electorado. Son parte de una generación que se dio cuenta que los blancos están por perder la mayoría demográfica (pero no el poder económico) en este país y temen por la pérdida de los privilegios que eso les ha dado a lo largo de la historia.
La salida de emergencia de este dilema, claro está, es que los latinos voten por los Demócratas, con lo cual se confirmaría el juicio de Obama y su equipo