No existe la receta para ser feliz

Creer que la felicidad llegará cuando tengas esto o aquello, o cuando seas esto o aquello, es un mito

Ser feliz no depende de logros profesionales ni de otras personas: depende sólo de ti.

Ser feliz no depende de logros profesionales ni de otras personas: depende sólo de ti. Crédito: Shutterstock

Miles de personas se preguntan diariamente por qué no pueden ser felices, y la gran mayoría rara vez encuentra una respuesta que le resulte concreta y alentadora.

Y es que, en muchas ocasiones nos preocupamos por tantas cosas a la vez, que perdemos oportunidad de darle un espacio a la reflexión para saber qué necesitamos realmente para estar en equilibrio y plenos con nosotros mismos, así como qué debemos hacer para lograrlo.

Ante esto, es fundamental averiguar lo antes posible si esa tan anhelada felicidad ciertamente está tan lejos, o si quizá se encuentra fuera de casa y somos nosotros quien no la dejamos entrar.

Marci Shimoff, autora del libro Feliz porque sí, Editorial Urano, comenta que hay actitudes y hábitos que no ayudan en nada a ser feliz y que por el contrario postergan el bienestar emocional de las personas. Entre ellas, se encuentran dos fundamentales que juegan el papel de distractores de la felicidad: El mito de “querer más” y el de “seré feliz cuando…”.

En el primer caso, la especialista señala que el individuo vive con el pensamiento fijo en la posesión de cosas materiales y que incluso de eso depende que sea “realmente” feliz, lo cual es un equívoco.

Además, aclara que las personas que viven con este tipo de pensamientos se autoconvencen de que entre más cosas tengan, más plenitud hay en su vida, lo cual resulta contraproducente, pues pueden pasar muchos años engañadas y, por ende, dejen las verdaderas satisfacciones fuera de su existencia.

El segundo distractor es uno de los que más aplicamos en la vida actual. En estas situaciones de igual manera posponemos la búsqueda de la felicidad y nos justificamos con los pretextos más comunes, por ejemplo:

• Seré feliz cuando encuentre una buena pareja.

• Cuando tenga un mejor empleo.

• En el momento en que me jubile.

• O, de los más utilizados, seré realmente feliz cuando baje de peso o deje todos mis vicios.

La autora comenta que, además de desvanecer día a día los mitos anteriores, hay que estar centrados en todo momento en la manera adecuada de ser feliz.

Para ello, es esencial reflexionar acerca del pasado, así como aprovechar nuestras virtudes, aceptar los errores que hemos cometido, aprender de ellos y sacar lo enriquecedor para aplicarlo en lo que venga.

Así mismo, evitar culpar a todos de los malos momentos que tengamos es muy importante. Liberarnos de los sentimientos negativos traerá a nuestra vida otros puntos de vista que nos darán claridad para vivir el aquí y el ahora.

Otra recomendación es valorar lo que poseemos y las actividades que realizamos para imprimir esa misma energía en las demás, con buena actitud y así, darle ligereza a lo que no nos gusta tanto, en pocas palabras, sintonicemos lo que nos hace vibrar.

Y por último, ya que veamos que las cosas fluyen de manera positiva, recurramos al contagio emocional; esto no sólo nos dará satisfacción propia sino que las cosas objetivas girarán en un círculo entre todos a los que estimamos. También rodearnos de personas que tengan objetivos claros y alejadas del pesimismo, ayudará a que centremos nuestras ideas y las canalicemos en la búsqueda de la felicidad.

Para saber más: El arte de la felicidad. Dalai Lama, Editorial Grijalbo.

Colaboración de Fundación Teletón México

“Los sueños se cristalizan con esfuerzo”

Bojorge@teleton.org.mx

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