Javier Morel, CEO & Presidente Mamita’s Food

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"Aprendimos a hacer esto por nosotros mismos y hemos sido exitosos", destacó Morel.

"Aprendimos a hacer esto por nosotros mismos y hemos sido exitosos", destacó Morel. Crédito: EDLP

Desde hace 10 años, un manjar se derrite en las bocas de muchos caribeños y latinoamericanos que extrañan los sabores de casa. En cada gota de un Mamita’s Ice hay montones de recuerdos implícitos para quienes añoran su tierra.

Desde sus inicios, los helados se han vendido tan bien que los ocho hijos de Máximo y Juana Morel decidieron asociarse y hacer crecer el negocio. Hoy, más de 40 empleados hispanos son responsables de que nunca falten los Mamita’s Ice en cada bodega de Nueva York.

Una década más tarde, Javier Morel (42) tomó las riendas de una segunda empresa familiar. Mamita’s Food es una importadora de manjares conocidos por las diversas comunidades latinas de la ciudad.

Morel llegó a Nueva York con su familia en 1990 procedente de República Dominicana, gracias a una visa de negocios que su padre ganó como fabricante de casabe. Cuando una de sus hermanas comenzó a hacer los helados en casa, él trabajaba como distribuidor de carne, pero pronto decidió ayudarla y dar un giro a su proyecto.

En esta nueva etapa, el empresario recorre Latinoamérica buscando productos que tengan la misma cualidad de los helados: el poder de despertar los recuerdos más gratos en los inmigrantes de la región.

“La línea de productos incluye alimentos como yuca congelada, gandules, pulpas de frutas tropicales, crema de coco y casabe”, que ellos importan directamente, reempacan con su marca y distribuyen entre los minoristas de la ciudad, según cuenta el empresario.

Por ahora sólo distribuyen a cadenas independientes de minoristas de Nueva York, Connecticut y Boston, “pero estamos trabajando para expandirnos”. El mes que viene llevarán su línea a Florida y Puerto Rico, agregó el empresario.

Lo más importante –asegura– es ser fiel a la filosofía de Mamita’s de ofrecer “productos de calidad a un precio ideal”.

Si es difícil llevar una empresa familiar, dos podrían ser un dolor de cabeza. Pero a Morel no le preocupa eso. “Somos muy unidos y estamos muy orgullosos de cómo nos criaron. Lo que te hace grande son tus ideales”, apunta.

Cuando se le pregunta qué recomendaría a quien como él quiere empezar su negocio, dice: “Todo el mundo tiene miedo de dejar un trabajo y no pagar sus deudas por no tener salario. Pero hay que arriesgarse”

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