El Seguro Social: una buena red pero insuficiente

Supone el 40% de los ingresos de jubilación, pero debes ahorrar para cubrir tus gastos durante la edad dorada

Sueñas con retirarte? Dejar de trabajar, descansar, vivir cómodamente… Es un sueño que necesita disciplina y planificación para hacerlo realidad en los años dorados.

Disfrutar el retiro es cosa de mayores pero planificarlo, es asunto de jóvenes. Y, lamentablemente, muchos latinos en Estados Unidos no lo están haciendo.

Según la Reserva Federal, casi el 60% de los latinos no ha pensado nada o muy poco en su plan de retiro y un 30% confía vivir con su cheque del Seguro Social.

Con solo ese cheque, el sueño se esfuma.

El Seguro Social representa el 40% del ingreso de jubilación. Piensa que la cantidad promedio que se recibe con este cheque es de $1,294 al mes. Con esto, una familia de dos personas vive ligeramente por debajo del umbral de la pobreza.

Para recibir el cheque, has tenido que recibir un salario y pagar tu contribución durante 10 años. La administración calcula el monto en base a los salarios de un periodo de 35 años. Cuantos menos años trabajados y más bajo tu salario, menos cobras.

También cobrarás menos si te apresuras a retirarte.

“En general, la gente quiere empezar a cobrar en cuanto cumplen 62 años porque temen que el dinero se vaya a acabar”, dice George Castineiras, vicepresidente del área de retiro de la gestora Prudential. “Jubilarse a los 62 o a los 70 puede suponer cientos de dólares de diferencia. Para siempre”, agrega.

La edad de jubilación depende de cuando hayas nacido. En la página de planificación de retiro del Seguro Social puedes consultar las fechas. Como referencia, ten en cuenta que, para los nacidos a partir de 1960, la edad de jubilación es 67 años. “Mi consejo”, señala Castineiras, “es esperar a los 70 si se puede”.

Este experto explica que, si se cobran los beneficios antes, también se reduce el cheque que puede quedar al esposo e hijos. Castineiras anima a todo a informarse para integrar distintos beneficios del Seguro Social.

Pese a que es insuficiente, en Prudential se considera que el beneficio ofrece la ventaja de que supone un ingreso estable, es una protección en caso de longevidad y elimina el riesgo del ahorro e inversión (que depende de cómo vaya la Bolsa).

La red es buena, pero insuficiente. Por eso hay que buscar más fuentes de ingresos. Se puede seguir trabajando (y cobrar el Seguro Social), y también se puede ahorrar desde la juventud en cuentas diseñadas para el retiro.

Cuando se es joven “hay que definir un plan financiero personal y desarrollar un presupuesto para determinar cuánto ahorrar teniendo en cuenta el estilo de vida al que aspiramos”, recomienda Joseph Leitmann-Santa Cruz, ejecutivo de CAAB, una organización sin fines de lucro. Según un informe de Wells Fargo, quienes planifican por escrito sus planes ahorran más del doble ($250 al mes) que los que no lo tienen”.

Para quienes no han empezado a ahorrar, Leitmann-Santa Cruz sugiere hacer ya este presupuesto familiar “para administrar las finanzas eficientemente y apartando un porcentaje para fondos de retiro”.

Para quienes viven con lo justo, los expertos recomiendan que se empiece dedicando pequeños porcentajes a estos ahorros, que se deduzcan de forma automática y aumentarlos poco a poco.

  • Acelerarse para cobrar los beneficios. La sanción por retiro anticipado a los 62 años supone que cobras menos porque lo haces por más tiempo.
  • No entender cómo las parejas casadas pueden integrar sus beneficios. Se debe crear una estrategia de solicitud de prestaciones.
  • Ojo porque los impuestos pueden ser más altos de lo que anticipó.

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