Cardinals pierden a su líder y su chance

El equipo tiene el mejor récord de la temporada en la NFL, pero vienen domingos mucho más difíciles

Drew Stanton (izq.) se queda con la responsabilidad de guiar a los sorprendentes Cardinals a los playoffs tras la lesión de Carson Palmer (der.).

Drew Stanton (izq.) se queda con la responsabilidad de guiar a los sorprendentes Cardinals a los playoffs tras la lesión de Carson Palmer (der.). Crédito: Getty Images

Luego de conocer la terrible noticia de que su quarterback estrella, Carson Palmer, había quedado fuera por el resto de la temporada debido a desgarre de ligamentos cruzados en el juego del domingo, el entrenador de los Cardinals de Arizona, Bruce Arians, dijo: “Podemos ganar el Super Bowl con Drew Stanton como quarterback”.

Stanton es el mariscal suplente de estos sorprendentes pájaros rojos que con récord de 8-1 son el mejor equipo de esta temporada, hasta ahora.

La realidad es que en la NFL los quarterbacks anónimos o de historial gris casi nunca ganan partidos grandes, siendo un tal Tom Brady y un tal Kurt Warner dos súper excepciones.

Stanton es un veterano que antes pasó por Lions, Jets, Colts y que ahora, con Arizona, ha enseñado buenas cosas, aunque en toda su carrera ha iniciado apenas siete partidos con 8 pases de touchdown y 9 interceptados. Esta campaña, cuando Palmer estaba fuera temporalmente, Stanton inició tres juegos y ganó dos de ellos.

Lo que es una verdadera pena es que los Cardinals, el equipo perdedor por excelencia de todos los tiempos en la NFL (tienen 519 ganados y 717 perdidos), pero que en 2014 viven una de sus mejores temporadas de una historia que abarca desde 1920, vean truncados sus sueños de gloria por más que su coach envíe un mensaje de optimismo.

Las temibles defensas de Detroit, este domingo, y Seattle, una semana después, le esperan al pasador de 30 años de edad.

En cuanto a Palmer, quien cada vez que parece llegar a su tope sufre lesiones graves, no ocultó su tristeza: “No voy a mentir, lloré como un bebé anoche”, dijo el lunes a los reporteros en Phoenix. “Y yo no soy un tipo emocional. Yo no lloro. La última vez que lloré así fue cuando perdí a mi amigo y compañero Chris Henry en ‘09”.

Su futuro en el campo se ha puesto incierto, y lo mismo para los Cardinals.

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