El asilo político de mexicanos ¡ya!

El gobierno de Obama ha llegado a emitir directivas para acelerar la negativa de las solicitudes

Las familias centroamericanas  más pobres son las más expuestas porque no tienen a dónde ir.

Las familias centroamericanas más pobres son las más expuestas porque no tienen a dónde ir. Crédito: Getty Images

No se puede ver a la tragedia fríamente. Estaba yo en el estrado como testigo experto en un juicio de asilo político para atestiguar sobre las condiciones de México.

El tema es sensible porque el gobierno de Estados Unidos ha determinado que México es una democracia y de una democracia la gente no huye ni se dice perseguida, eso está bien para Cuba o Venezuela, que tienen dictadores certificados por el Departamento de Estado.

La administración de Barack Obama ha llegado al extremo de emitir directrices para acelerar la negativa de las solicitudes de protección, porque éstas han aumentado 250% solamente en un año, de 2012-2013 se han presentado 36,000 casos con un “miedo creíble” de persecución. Esto no obstante a que en enero de 2014 la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo instruyendo a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que le solicite a Estados Unidos que conceda asilo político a los perseguidos.

El Estado mexicano aceptó que es incapaz de proteger a sus ciudadanos y le pide a otro gobierno que lo haga. Esto es histórico en México y posiblemente no haya sucedido en ningún otro país.

Si el solicitante mexicano decide pelear la protección entonces es encarcelado, en ocasiones por muchos meses, hay varios casos que han durado de cuatro a cinco años detenidos.

El caso para el que yo comparecía es el de un jóven cuya hermana fue asesinada, su madre también lo fue en las puertas del Palacio de gobierno de Chihuahua, y el fue amenazado en una tienda en El Paso, Texas.

En México una víctima tiene que convertirse en activista social para lograr que la policía investigue, y entonces se convierte en enemigo del Estado. Juan Fraire no solamente tuvo que esconderse en Estados Unidos, sino que ahí adentro tuvo que volverse a esconder porque el asesino de su madre anda suelto, aunque el gobierno tiene un chivo expiatorio en la cárcel.

La fiscal, una jóven fría y agresiva, centró sus argumentos en ataques personales, atacó al abogado de Juan, a Juan por supuesto y a mi también. Uno de los puntos climáticos fue cuándo me preguntó si en mis libros crtico al gobierno, respondí que en todos y entonces preguntó si no me habían hecho nada, a lo que respondí, que si lo hicieron y por eso me fui a Estados Unidos.

Es posible que sea una mujer que no se conmueve ante la tragedia que vive México, o tal vez, se escude en que cumple con su trabajo, lo que hace con el ánimo más destructivo posible

En esta nota

Inmigración México
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain