Quieren robarse la Acción Ejecutiva

¿Ofrecerán una opción realista para los indocumentados o solo serán aguafiestas?

Durante el muy helado diciembre de 2010, 41 “grinches” del Senado bloquearon el avance del proyecto de ley DREAM Act, robándose la Navidad y los sueños de millones de jóvenes indocumentados. Fueron 36 senadores republicanos y 5 demócratas los que impidieron el avance de lo que había aprobado la Cámara Baja, entonces en control de los demócratas.

Cuatro años más tarde y sin reforma migratoria legislativa, el presidente Barack Obama giró la orden ejecutiva para amparar temporalmente de la deportación potencialmente a millones de indocumentados, pero el síndrome del Grinch pretende bloquear la iniciativa.

De momento no han progresado esos intentos, pues los republicanos aguardan a controlar ambas cámaras en el nuevo Congreso que arranca en enero para buscar la forma de entorpecer las acciones ejecutivas migratorias.

Son muchos los “grinches”. Los senadores republicanos de Texas y de Utah, Ted Cruz y Mike Lee, respectivamente, lideran los esfuerzos en el Senado. Su intento de tachar de anticonstitucional la acción ejecutiva migratoria fracasó el sábado en votación 74-22, con 20 republicanos opuesto junto a los demócratas, incluyendo al colega republicano de Cruz en Texas, John Cornyn, y al líder republicano, Mitch McConnell, de Kentucky. Entre los 22 senadores republicanos que votaron a favor de la medida de Cruz hay potenciales aspirantes a la nominación presidencial republicana en 2016, Marco Rubio y Rand Paul.

Sus tácticas no han generado el apoyo esperado del establishment republicano, temeroso de no evidenciar que son capaces de gobernar de cara a las presidenciales de 2016. Además, es muy limitado lo que pueden hacer, porque las acciones ejecutivas son legales y se sustentan en estatuto y precedentes, y el USCIS se financia con las mismas cuotas que pagan los inmigrantes por los servicios prestados y no con un presupuesto asignado por el Congreso. No obstante, eso no quiere decir que no vayan a intentar bloquear las acciones como ha tratado de hacer repetidamente la Cámara Baja de mayoría republicana con la Acción Diferida (DACA) para los DREAMers o con el Obamacare, por ejemplo. Se trata de acciones para apelar al sector conservador más recalcitrante.

Y los “grinches” no están sólo en el Congreso. Ya son 24 los estados sumados a la demanda judicial contra las acciones ejecutivas migratorias del presidente, catalogándolas de anticonstitucionales. ¿Qué tienen en común? Tienen gobernadores o procuradores republicanos.

El 2015 se aproxima veloz y traerá un “nuevo” Congreso, pero permanecerán los mismos argumentos y las cansadas estrategias republicanas para seguir entorpeciendo cualquier avance migratorio. Pero la forma en que el liderazgo republicano maneje las acciones ejecutivas determinará su suerte con los votantes latinos en la elección de 2016. ¿Presentarán legislación que ofrezca soluciones realistas para los 11 millones de indocumentados o seguirán con el cuento de apaciguar a sus extremistas?

No se sabe, pero lo que sí queda claro es que los “grinches” de corazón encogido que un diciembre muy helado se sintieron muy malvados seguirán tratando de robarse la acción ejecutiva

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