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¿Tu familia es disfuncional?

Mira las características de los miembros de un hogar disfuncional

Los niños que crecen en situaciones disfuncionales creen que que todas las familias se relacionan del mismo modo.

Los niños que crecen en situaciones disfuncionales creen que que todas las familias se relacionan del mismo modo. Crédito: Shutterstock

Comenzamos el año con intenciones renovadas y cálidos recuerdos de encuentros familiares, muchos de los cuales nos hicieron cuestionar si en realidad fuimos adoptadas, o si se confundieron de familia en el hospital donde nacimos. Y es que, en ciertos casos, duele admitir que estamos relacionadas con algunos de nuestros parientes.

Cualquier familia que se precie tiene su cuota de tíos borrachos, primos criminales o madrinas difíciles de comprender, pero esto no la define como disfuncional. Después de todo, ¿quién no tiene una prima lejana a quien nadie quiere mencionar, o un cuñado cuya fuente de ingreso es un misterio para todos?

“Una familia disfuncional es aquella en la cual existe continuo abuso, negligencia o conflicto. Al vivir dicho abuso o conflicto de manera regular, sus miembros terminan creyendo que este tipo de interacción es ‘normal’ y lo repiten cuando forman una nueva familia”, explicó Shannon Medina, Consejera familiar y de adolescentes, con práctica en Sylmar, California. El comportamiento disfuncional puede ser resultado de adicciones, desórdenes mentales o relaciones co-dependientes.

Estas son algunas de las características de las familias disfuncionales:

*Negación. También conocido como el síndrome del elefante en la sala, se refiere al hecho de que sus miembros no pueden o quieren reconocer que existe un problema.

*Falta de límites. Se toleran abusos físicos, o emocionales y no existe respeto por los límites de los demás.

*Tratamiento injusto y desigual. No todos los miembros de la familia son tratados del mismo modo ni siguen las misma reglas.

*Juntos pero separados. Los padres siguen casados por cuestiones financieras, sociales o “por el bien” de los chicos, pero se ignoran o pelean constantemente y desearían estar divorciados.

* Expectativas poco realistas de las habilidades de los hijos.

*Apatía

*Excesivo criticismo y menosprecio por los sentimientos y opiniones de otros. Falta de tolerancia emocional.

“Las familias disfuncionales tienen su propio set de reglas y roles”, indicó Medina. La experta explicó que los niños nacidos en este tipo de hogares instintivamente adoptan actitudes y comportamientos específicos para poder lidiar con la situación que tienen que enfrentar.

Estos son algunos de los roles más comunes:

* El héroe. Es el caso de los hijos que asumen el rol de padres, para compensar por las carencias percibidas. Los niños también pueden sentir que es su responsabilidad hacerse cargo de los problemas y buscan sobresalir en todo lo que hacen.

* El habilitador y el cuidador. Es la persona que trata de mantener la paz entre los miembros de la familia y se hace responsable de los sentimientos de todos. La madre habilitadora es aquella que, en su intento de ayudar a otros, termina promoviendo adicciones y comportamientos disfuncionales.

*La mascota. Siente que su deber es entretener a sus familiares y siempre está bromeando, como una forma de ocultar los problemas. Es el “payaso” de la familia.

*El oportunista. Sabe como manipular a sus familiares, y aprovecha la situación disfuncional para conseguir lo que quiere.

*El rebelde y chivo expiatorio. Sobre quien caen todas las culpas y justificaciones. Generalmente es una de las personas más estables emocionalmente. Al concentrarse exclusivamente en el hijo rebelde, la familia no tiene que prestar atención a los problemas propios.

* El invisible. Es el miembro de la familia que se aísla del resto ya sea viendo televisión, o internándose en su teléfono celular, como una manera de escapar a la situación. No pregunta, no critica.

*La princesita. Algunas niñas tratan de satisfacer los deseos del padre, participando en conversaciones y actividades de adultos y convirtiéndose en la confidente de su progenitor, por sobre su propia madre. En algunos casos, el incesto emocional puede convertirse en abuso físico.

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