Editorial: Todos somos Charlie

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No soportan la risa, la sátira, la libertad para pensar y criticar. Los autoritarios, los tiranos, los dogmáticos son feroces enemigos de la risa, ese pequeño gesto que condensa la mejor virtud del ser humano, la inteligencia, y su mayor anhelo: la libertad. Charb, director de Charlie Hebdo, y uno de los asesinados por ejercer el periodismo, el humor y la libertad, decía sin pompa que prefería “vivir de pie a morir de rodillas” pero también creó junto a sus compañeros el mejor retrato del medio de comunicación preferido por quienes quieren imponer sus creencias y dogmas a los demás: la página en blanco.

Nos negamos a ser una página en blanco como cada día se niegan periodistas de todo el mundo, muchos de ellos en Latinoamérica, para seguir defendiendo la información, la crítica, la risa. Para seguir desafiando las presuntas verdades del poder que siempre nos hacen a todos un poco menos libres y bastante más infelices. Los muertos de Charlie Hebdo nos siguen desafiando para no cejar ante el mejor antídoto contra el abuso autoritario y la censura: investigar, publicar, pensar, reír…

El humor punzante mata como también las denuncias de corrupción tal es el caso de Moisés Sánchez Cerezo, director del semanario La Unión del Municipio de Medellín de Bravo, Veracruz, México quien fue secuestrado de su hogar por un comando armado. La policía local es hasta hoy es la principal sospechosa de la desaparición del periodista que reportaba sobre la corrupción de los políticos locales.

Charlie Hebdo y Sánchez Cerezo, a su estilo propio molestaron a los corruptos y a los fanáticos. El enlace entre los fundamentalistas intolerantes que quieren imponer sus valores y las autoridades que se enriquecen a costa del pueblo es el asesinato del periodista. Es el deseo de intimidar a la sociedad para que no piense, que no se entere, que no descubra, que no se ría.

Las diferencias son muy pocas entre los hombres vestidos de negro en Francia, a los uniformados y los de traje y corbata en varios países de Latinoamérica.

La respuesta de la sociedad y los medios debe ser pensar, comunicar, estar enterado, descubrir y reir burlándose de los déspotas, corruptos y asesinos. A larga esta arma es más efectiva que las misma balas.

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