Política de Obama sobre Cuba mira hacia el futuro (opinión)

La decisión del Presidente Obama de comenzar a normalizar relaciones con Cuba beneficiará los intereses de Estados Unidos y los del pueblo cubano. Once millones de personas en este país insular llevan esperando demasiado tiempo —más de medio siglo— para ver que se cumplan sus aspiraciones democráticas y forjar vínculos más estrechos con el resto del mundo en el siglo XXI. La nueva política de Estados Unidos hacia Cuba refleja el hecho de que las políticas pasadas, aunque bien intencionadas, ya no son apropiadas para la situación actual. El anuncio del presidente refleja un giro histórico con respecto a hostilidades originadas en otra época, hacia un futuro más brillante y prometedor.

A inicios de su gobierno, el presidente tomó medidas para disminuir las restricciones con respecto a visitas y remesas por cubanoamericanos, lo que creó nuevas vías para la reunificación familiar, y posteriormente expandió esto para incluir intercambios religiosos, académicos y culturales para todos los estadounidenses. La decisión extiende decididamente esas medidas iniciales y aumentará la comunicación, el comercio y los viajes entre los dos países. El Departamento de Estado encabezará conversaciones para restaurar relaciones diplomáticas con Cuba por primera vez desde 1961 y volver a abrir una embajada en La Habana. En nuestras conversaciones bilaterales, Estados Unidos procurará promover la cooperación en asuntos de interés mutuo, incluidas medidas contras las drogas y trata de personas, como también la migración, la crisis del ébola y desafíos ambientales comunes.

El presidente ha dejado en claro que un importante aspecto de estas medidas será el apoyo continuo a favor de mejores condiciones para los derechos humanos y reformas democráticas en Cuba. La promoción de la democracia reafirma los derechos humanos universales al aumentar el poder de la sociedad civil y apoyar la libertad de las personas para que hagan uso de sus derechos de expresión y reunión. Por estos motivos, nos complace la decisión de Cuba de poner en libertad a 50 presos políticos, aumentar el acceso al Internet por los pobladores de Cuba y permitir mejor observación de los derechos humanos por la Cruz Roja Internacional y las Naciones Unidas. Nuestro respaldo del progreso en estos ámbitos será firme y continuaremos poniendo en práctica programas para promover cambios positivos en Cuba.

Como Albert Einstein dijo hace mucho tiempo, simplemente no es razonable seguir haciendo lo mismo con la expectativa de obtener un resultado diferente. Desde el cese de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, el mundo se ha transformado; la Guerra Fría concluyó hace un cuarto de siglo. Con el tiempo, los esfuerzos de Estados Unidos por aislar a Cuba comenzaron a tener el efecto inverso: aislar a Estados Unidos, particularmente en el Hemisferio Occidental. Mientras tanto, los líderes cubanos usaron nuestra posición como fuente de propaganda, para justificar políticas que no tienen cabida en el siglo XXI. Era un secreto a voces que el estancamiento de la relación no beneficiaba a ninguna de las partes. Es hora de dejar de mirar hacia atrás y comenzar a promover los intereses de tanto los cubanos amantes de la libertad como los de Estados Unidos.

En primer lugar, ha autorizado a funcionarios de Estados Unidos para que expandan los viajes, aumenten las remesas e incrementen el comercio bilateral. Para posibilitarlo y asegurar la debida vigilancia, el Departamento del Tesoro también facilitará las transacciones bancarias y permitirá el uso de tarjetas de débito y crédito de Estados Unidos en Cuba. Además, aumentará los controles y transparencia del flujo de capital entre Estados Unidos y Cuba al permitir que instituciones financieras estadounidenses abran cuentas correspondientes en bancos cubanos. Uno de los efectos de todos estos cambios será aumentar la capacidad de los estadounidenses de ofrecer capacitación comercial y otro tipo de apoyo al incipiente sector privado en Cuba, que ya incluye 500,000 empleados. Al respecto, el Departamento de Comercio disminuirá los actuales límites a la exportación de una variedad de productos, lo que contribuiría al desarrollo en Cuba de pequeñas empresas como firmas de construcción, empresas agrícolas, talleres de auto y otras.

En segundo lugar, la decisión del presidente apoyará nuevos esfuerzos por derrumbar la barrera digital que aísla a los cubanos. El país tiene un índice de penetración del Internet de 5 por ciento, uno de los más bajos del mundo. Los precios son altos, y los servicios limitados. Conforme a la nueva política, permitiremos la venta de tecnología que comenzará a dar rienda suelta a los efectos transformadores del Internet en la isla.

En tercer lugar, el presidente ha dispuesto reformas en la aplicación de las sanciones por Estados Unidos a cubanos en terceros países.

En cuarto lugar, el presidente le ha pedido al Departamento de Estado que examine la designación de Cuba como país que patrocina el terrorismo, a fin de asegurar que una designación tal se base exclusivamente en los hechos y la ley.

Todo esto se suma al inicio de conversaciones con el propósito de restaurar relaciones diplomáticas normales. El mes entrante, la secretaria adjunta de Estado, Roberta Jacobson, dirigirá una delegación estadounidense a la próxima ronda de conversaciones sobre la migración entre Estados Unidos y Cuba, y el Departamento de Comercio encabezará una delegación comercial a ese país en meses próximos. En la primavera, el Presidente Obama viajará a Panamá para la Cumbre de las Américas del 2015, donde alentamos la plena participación de los representantes de la sociedad civil cubana. Mientras tanto, Estados Unidos les ha dado la bienvenida tras su retorno al subcontratista de USAID Alan Gross, quien estuvo encarcelado injustamente en Cuba durante más de cinco años, como también a un agente de inteligencia estadounidense quien llevaba dos décadas en prisión.

El anuncio del Presidente Obama mira hacia el futuro y pone énfasis en el valor de las relaciones directas de persona a persona, mayor intercambio comercial, más comunicación y un diálogo respetuoso. Esto mejorará nuestra capacidad de tener un impacto positivo en los acontecimientos en Cuba y de ayudar a mejorar la vida del pueblo cubano. Creará condiciones más equitativas para las empresas estadounidenses. Y realzará la posición de nuestro país en el hemisferio y en todo el mundo.

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