Iguala, que los responsables sean castigados

La explicación del procurador deja muchas dudas sobre la veracidad de lo declarado

El fiscal reiteró que los estudiantes fueron asesinados y quemados en el basurero de Cocula.

El fiscal reiteró que los estudiantes fueron asesinados y quemados en el basurero de Cocula. Crédito: EFE

El martes pasado se presento ante la televisión el procurador general de México, Jesús Murillo Karam, para informar que los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en el estado de Guerrero habían sido asesinados, incinerados, y que sus cenizas habían sido arrojadas al río.

Es una vergüenza nacional que hechos como éste sucedan, y que inexplicablemente transcurran cuatro meses en que se estuvo “investigando” para llegar a lo que consideran la solución del caso. La explicación del procurador deja, a mi parecer, muchas dudas sobre la veracidad de lo declarado.

Matar a sangre fría a 43 jóvenes es una salvajada de la que, como mexicano, me siento avergonzado.

El que en el basurero de Cocula se hayan incinerado 43 cadáveres sin que se hubiera sabido e investigado antes, es difícil de aceptar. Para incinerarlos se necesita un fuego intensísimo y, si como se afirma, se usaron gasolina y llantas viejas, debe haber producido una enorme cantidad de humo que debió haber sido percibida en las poblaciones cercanas. El haber usado tambores de gasolina hubiera forzado a llevarla de algún lado y debería haber alguien que estuvo enterado de donde la adquirieron, o de como se transportó, o de quien estaba involucrado en esos hechos.

El que después de ello hayan podido poner las cenizas en bolsitas y echarlas al río suena como cuento de las mil y una noches, porque una incineración de esa magnitud debe haber mantenido un intenso calor en las cenizas durante varios días.

En los primeros días tras la desaparición de los muchachos, se detuvo a tres personas que dijeron haber participado en el asesinato de ellos. No puedo creer que no haya habido pistas que permitieran resolver el crimen en mucho menos tiempo.

Mientras tanto se jugó con los sentimientos de los padres que eran llevados y traídos por toda la república ante muchas autoridades.

El que ahora se hable de que mataron a los estudiantes por pertenecer a un cartel diferente al que los mató es absurdo, porque si bien alguna confusión pudo haber habido, no pudo haberse extendido a 43 personas.

Y si el alcalde de Iguala y su esposa estuvieron involucrados de alguna forma, ¿por qué no ha quedado clara su responsabilidad?

Pero hay más… ahora mete su cuchara el Instituto de Defensa de los Derechos Humanos para saber qué trato han recibido los 90 detenidos a los que se refiere el procurador, como si la preocupación del país fueran los asesinos y no los asesinados.

El presidente Peña Nieto, en una declaración poco común, dijo que los responsables van a tener que ser castigados. Yo espero que así sea

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