¿Por qué aman u odian a Luis Miguel?

El cantante es un personaje que vive en medio de controversia desde su infancia

Más allá de ser uno los cantantes más importantes de México, Luis Miguel es un personaje que vive en medio de controversia desde su infancia.

Es un vendedor nato de discos – más de cien millones– y tal vez la mejor voz que ha dado el pop en español.

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Creador de conceptos y una estrella orgullosamente mexicana que se da el lujo de grabar cualquier género y lograr respuesta inmediata del público.

Tiene uno de los récords de asistencia trascendentes en la historia del Auditorio Nacional y a pesar de que no ha colocado un éxito en la radio similar a Inolvidable o La Incondicional, es la estrella más inalcanzable de México.

El cantante comenzó su nueva temporada en el Auditorio Nacional, escenario que desde 1991 se ha convertido en la casa de Luis Miguel y que le ha dado un lugar importante en la industria musical y de los espectáculos mundiales, aunado a eso el mismísimo Frank Sinatra lo calificó como la mejor voz de la música en español. ¿Pero por qué aman u odian a Luismi? BASTA! estuvo en la primera presentación que hizo en el recinto de Reforma y detectó –hasta el día del evento– cuáles son las cualidades y defectos del intérprete de Hasta que me olvides.

-Conservar su voz tan privilegiada.

-Tener un look bien definido. -Imponer moda con su vestuario.

-Salir siempre pulcro.

-No despeinarse nunca (excepto cuando hizo Luis Miguel 87, en donde se paraba el pelo).

-Respetar los arreglos musicales que hacen a sus temas.

-Tener una dicción perfecta al cantar (a pesar de que al final diga “Grashias, México”).

-Poseer una de las sonrisas más sanas y perfectas del medio (con todo y que hizo un tratamiento en los dientes después del Segundo Romance).

Ser un donjuán en el escenario.

-Conservar el misterio alrededor que como figura lo vuelve enigmático.

-Su discreción.

-A decir de sus parejas, es un hombre espléndido.

-El orgullo que transmite por su país.

-Por romper la barrera de la distancia que ha tenido con su público (pese a que su guardaespaldas Big Daddy lo detenga para que no se lo lleven).

-Generar una fuente de empleo para 110 personas de manera directa y más de 2000, indirecta (incluyendo piratas de ropa, discos y revendedores).

-No haber cambiado su show desde hace más de 10 años.

-Portar un guante para evitar el contacto con sus fans, fuera del escenario.

-Cerrar restaurantes para que cene.

-No cuidar su físico: aparece con varios kilos de más y se cansa al correr en el escenario.

-Ser impuntual y no comenzar los espectáculos a la hora establecida.

-Cerrar Reforma con patrullas y seguridad para trasladarse al Auditorio Nacional.

-Tener intervalos de más de 20 segundos entre canción y canción en sus conciertos (lo hizo en su primera presentación en el Coloso de Reforma el 29 de enero).

-Cubrir las ventanas de su camioneta para evitar que lo vean.

No presentar disco nuevo desde hace cinco años.

-No tener contacto con la prensa y no tener un nuevo set de fotos para su público.

-Permitir que su equipo de seguridad golpee paparazzi.

-Negarle el crédito a los compositores mexicanos (y a todos en general incluyendo productores).

-Robar el corazón de Aracely Arámbula, Daysi Fuentes, Mariah Carey, Mirka de Llanos, Sofía Vergara (hasta Lucía Méndez en la época de Tú o Nadie y las novias que no se hicieron públicas).

-Reconocer abiertamente a su hija Michelle, casi 20 años después de que nació.

-No dar entrevistas, ni aparecer en televisión mexicana.

-Olvidar la letra de las canciones en su primera presentación en el Auditorio Nacional este jueves.

-Regañar a su ingeniero de audio públicamente y presentar una acústica terrible (también pasó este jueves).

-Por ser el galán otoñal de las mamás actuales y hacer ‘Ya nunca más’, (película de 1984)

Luis Miguel es un intérprete fuera de serie que ha dejado en el olvido a lo más importante: su público, entró en una zona de confort de la que no ha salido por un exceso de soberbia. A decir de quien le conoce, no escucha a nadie y no permite que nadie le diga qué hacer con su carrera. A pesar de todo eso, seguirá llenando colosos y vendiendo discos, aunque con las experiencias recientes lo hará cada vez menos.

Expertos en la materia musical ven con tristeza cómo está eclipsado el Sol y sus aportaciones a la industria son cada vez menores. No obstante, su voz sigue impecable y al abrir la boca encanta hasta al más insensible de sus escuchas, fórmula con la que podrá vivir muchos años más, aunque al final sea sólo una aspirina para la crisis más fuerte por el que atraviesa: el del declive.

POR: Gilberto Barrera

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