Son menores de edad, no adultos

@LJCartagena

En enero 2015 la Comisión Sobre Juventud, Seguridad Pública y Justicia, creada por el Gobernador Andrew Cuomo, emitió un informe valioso para reformar las leyes y política pública sobre el encarcelamiento de menores de edad. Los miembros de la Comisión que incluye este servidor componen una diversidad de profesiones y de raza y etnia al nivel del estado y votaron unánimemente para emitir el informe comprehensivo.

Los apuntes sobresalientes incluyen aumentar la edad para la responsabilidad criminal bajo el código penal del estado de 16 a 18 años, prohibiendo la encarcelación de menores en prisiones de adultos, estableciendo notificación a los padres de menores antes de interrogarlos en cuarteles policiales, y permitiendo sellar la documentación de acusaciones pasadas en la mayoría de casos.

El gobernador Cuomo aceptó cada una de las 38 recomendaciones hasta el punto de integrarlas inmediatas en su presupuesto estatal con un costo de $25 millones.

De aquí hasta el primero de abril, el límite de tiempo para aprobar el presupuesto, empiezan las negociaciones que en este año son sumamente importantes para la juventud latina.

Actualmente, Nueva York goza del hecho de tener una población juvenil que es creciente y latina y que será siendo latina por muchos años.

Simultáneamente, Nueva York es uno de solo dos estados en el país que criminaliza los delitos de menores de 16 y 17 años como adultos adjudicados en cortes de adultos y encarcelados en prisiones para adultos.

Toda la evidencia científica y neurológica establece que el celebro adolescente sigue su desarrollo hacia la madurez mucho más allá que 17 años y hasta los 24 años. En 2014 había un promedio diario de más de 800 menores encarcelados con adultos en prisiones estatales o locales en Nueva York.

Cada informe demuestra patentemente que la cura de encarcelamiento es peor que la enfermedad. Adjudicaciones de delitos en cortes de adultos resultan en una tasa más alta de reincidencia comparadas a adjudicaciones en cortes de familia.

Lo mismo ocurre cuando menores son sentenciados a prisiones con adultos en vez de centros de detenciones juveniles. El riesgo de más daño físico, emocional y sexual es obvio cuando el estado sigue sentenciando menores a cumplir sentencias en prisiones de adultos: aunque menores representan un por ciento de la población encarcelada en la nación, llegan a representar de 16 a 21% de las víctimas de violencia sexual nacionalmente.

Es aquí donde Nueva York tiene que establecerse como líder en el área de justicia juvenil

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