Reporte sobre Policía de Ferguson anticipa discriminación racial

El Departamento de Justicia última resultado de su investigación

El Departamento de Justicia (DoJ) revisa los últimos detalles para presentar el resultado de su investigación que determinará si la Policía de Ferguson ha violado los derechos humanos de la comunidad afroamericana.

Aunque aún se desconocen los resultados de la investigación realizada por el DoJ, el secretario de Justicia, Eric H. Holder, quien se espera deje el cargo en las próximas semanas, y otros funcionarios han dicho públicamente que su investigación se centró en el uso de fuerza excesiva y el tratamiento de los reclusos en las cárceles locales, así como las infracciones de tráfico.

La investigación se abrió tras los disturbios por la muerte a tiros de Michael Brown, un joven afroamericano de 18 años de edad, que se encontraba desarmado, en Ferguson, Missouri, el verano pasado.

La muerte de Brown derivó en violentos enfrentamientos en la ciudad. La segunda ola de protestas se levantó a finales de noviembre, cuando un gran jurado decidió no presentar cargos criminales en contra de Darren Wilson, el agente que mató a Brown.

Los afroamericanos, que componen el 63% de la población de Ferguson, representaron el 86% de los detenidos por infracciones de tráfico en 2013, en esa ciudad, según datos recientes publicados por el Procurador General de Missouri.

También, una vez detenidos, los conductores afroamericanos eran dos veces más propensos a ser cateados en su persona y sus vehículos en busca de contrabando, que los conductores blancos.

Para la gente de Ferguson que no tiene dinero para pagar sus multas de tráfico, una parada de rutina por agente de policía, puede convertirse en constantes encarcelamientos por multas acumuladas. Esas multas son la segunda fuente de ingresos de la ciudad después de los impuestos sobre las ventas.

Según un reporte de The New York Times, los investigadores federales han encontrado que este sistema de multas se ha convertido en un incentivo financiero para continuar con las políticas policiales injustas dirigidas a la población afroamericana.

Si el reporte de DoJ revela que sí hay un patrón de mala conducta por parte de la Policía de Ferguson, el Presidente Obama tendrá la capacidad de forzar reformas generalizadas de ese Departamento de Policía con base en la ley aprobada tras la golpiza que varios agentes propinaron al afroamericano, Rodney King, en Los Ángeles a principios de los 90’s.

En tal caso, el Gobierno local de Ferguson puede o bien entrar en lo que se conoce como un “decreto de consentimiento” con el Gobierno federal que le obligaría a implementar reformas específicas bajo la supervisión de un monitor impuesto por un tribunal. De negarse a entrar a un “decreto de consentimiento”, la ciudad podría enfrentar una costosa demanda federal de derechos civiles.

Actualmente, el Departamento de Justicia tiene cuatro demandas abiertas por violación de derechos civiles, incluyendo uno contra el Sheriff Joe Arpaio del condado de Maricopa, Arizona.

La muerte de Michael Brown a manos de la Policía de Ferguson no es el único caso de brutalidad policiaca y uso de fuerza excesiva en contra de afroamericanos y latinos que ha encendido a la comunidad en los últimos meses a través de todo el país que ha respondido con manifestaciones masivas y acolorados debates.

Eric Garner, un asmático, murió en el estado de Nueva York después de que el policía Daniel Pantaleo colocara su brazo alrededor de su cuello y ejecutara una llave de estrangulamiento prohibida en ese estado, a pesar de que Garner, padre de seis hijos, repetía que no podía respirar.

Garner era un vendedor ambulante que vendía cigarrillos sin pagar impuestos que murió sofocado en julio, cuando un policía de Nueva York, Daniel Pantaleo lo inmovilizó con una llave al cuello.

También, el mes pasado, el mexicano Antonio Zambrano murió a manos de un agente del Departamento de Policía de Pasco, en el estado de Washington.

Durante el fin de semana, en Los Ángeles, California, quedó registrada en video la última muerte que involucra a policías: un indigente identificado hasta ahora como como “África”, quien se encontraba en Skid Row, frente a Union Rescue Mission, el principal centro de concentración de personas desamparadas.

Aparentemente los agentes utilizaron una pistola de choques eléctricos para controlar a África, quien era sospechoso de robo y los habría enfrentado en la acera, frente a decenas de testigos. En este incidente se hicieron cinco disparos.

“La mayoría de los fallecidos por pistola eléctrica no llevaba armas y no presentaba serio peligro”, reveló el último reporte anual presentado el mes pasado por Amnistía Internacional en el que llama la atención sobre el uso injustificado de balas de goma y gas lacrimógeno por los policías durante la dispersión de manifestaciones y protestas.

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