Presagios de tiempos difíciles para Dilma Rousseff

El periodista Luján Frank Maraschio, desde Brasil, desarrolla diversos temas

La sombra del juicio político hostiga a la presidente de Brasil. Escándalos de corrupción, involucrando al partido oficialista, entre otras organizaciones políticas, acrecientan la indignación ciudadana. Las protestas emprendidas por camioneros, bloqueando durante varios días las carreteras del país, reanudando la serie de manifestaciones que tomaron cuenta de las calles en 2013. Esto pone en claro que, los próximos tiempos, no serán fáciles para gobierno brasileño.

Diversos sectores claman por la acusación constitucional o moción de censura, como ya sucedió con Collor de Medo, por la supuesta responsabilidad en el esquema de sobornos en el caso Petrobras; sin embargo, el escenario parece aún distante. Pero, en los medios periodísticos locales e internacionales ya circula una lista de motivos que fundamenta esa solicitud.

Porto Alegre, Brasil.- La segunda presidencia de Dilma Vana Rousseff (PT) pasa por turbulencias, que comenzaron la misma noche que se conoció la victoria de la ex guerrillera, en las elecciones del 26 de octubre de 2014. En los últimos días, la prensa local e internacional publicó una lista de motivos que generan un estado creciente de crisis e impulsan el pedido de juicio político desde algunos sectores.

Los escándalos sobre presuntos sobornos en Petrobras, vinculando a sectores políticos, entre ellos el partido gubernamental.

  • Pérdida de apoyo en el Congreso.
  • La caída de confianza del consumidor.
  • Disminución de la confianza de los inversores.
  • Aumento de la inflación.
  • Acentuación del desempleo.
  • Déficit presupuestario.
  • Problemas económicos en general.
  • Suba de impuestos, engrosando la gigantesca carga tributaria existente.
  • La falta de agua.
  • Peligros de apagones eléctricos.
  • Suba de combustibles, pese a la baja mundial del costo del petróleo.
  • Inseguridad ciudadana, que asola al país.
  • El paupérrimo estado de la educación, pese a que fue uno de los pilares de la campaña para la reelección de Rousseff.
  • El pobrísimo estado del sistema de Salud Pública.
  • El creciente flagelo del narcotráfico y del crimen organizado.
  • La diseminación de la corrupción, en diversos estamentos sociales.
  • Aumento de la violencia, desde la sociedad y el Estado.

La lista podría ampliarse fácilmente, pero la situación es agravada con conductas institucionales que permiten abrir sospechas sobre el futuro, como por ejemplo el apoyo del partido gubernamental al régimen venezolano, de Nicolás Maduro.

Vuelven las protestas

Una protesta de transportistas, que ya lleva casi dos semanas, siembra manifestaciones, cortando carreteras en diversos puntos de la nación. Esto da reinicio a una nuevas serie de concentraciones ciudadanas para exponer su malestar, como ya sucedió en 2013.

Camioneros, durante varios días, bloquean carreteras en múltiples puntos del país, de norte a sur y de este a oeste. El problema ya originó un desabastecimiento de productos comestibles, combustibles e insumos, dejando a muchos centros en dificultades.

En el Estado de Rio Grande do Sul, un chofer de camión fue atropellado, cuando intentaba detener un transporte de cargas. Cléber Machado, (38 años), murió en la mañana del 28 de febrero en la BR-392, en la localidad de São Sepé, en momentos que participaba de una manifestación para reclamar contra el costo del combustible y la falta de valor mínimo para las cargas.

Sindicalismo

El 2 de marzo, seis organizaciones, que agrupan a los gremios en todo el territorio, como CUT y Fuerza Sindical, realizaron un acto en el centro de São Paulo. La protesta se basó en el rechazo a las nuevas disposiciones del Gobierno Federal para el seguro de desempleo, el auxilio para empleados que se enferman y la pensión por muerte, entre otras cosas. El evento, reunió centenas de dirigentes y trabajadores, bloqueando calles del centro paulista.

Por otro lado, cabe señalar, que a partir que las protestas fueron sitiando calles y estradas, comenzaron a sucederse las actuaciones judiciales, para despejar las vías de comunicaciones, basados en preceptos constitucionales. Para el cumplimiento de los órdenes de la Administración de Justicia, la policía comenzó a operar y se produjeron escenas de violencia en varios puntos del país. En diversas obstrucciones viales, se pudieron registrar la presencia de infiltrados, niños y mujeres.

En muchas pancartas callejeras, cómo también por las redes sociales, se puede observar un concepto común; que expresa una aspiración muy enérgica, que grita en voz alta: “fuera Dilma”, algo que contradice totalmente a las urnas del 26 de octubre de 2014.

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Brasil

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