Cómo lucir unos bonitos pies en primavera

Llegó el momento de suavizar talones y remover durezas para empezar a lucir las sandalias de verano

Por fin dejamos las botas y zapatos de invierno para darle un respiro a nuestros pies. Pero, como de costumbre, después de tres meses de usar medias gruesas y calzado súper cubierto, los encontramos con callos y durezas que molestan y dan un mal aspecto.

Los callos es una de las afecciones más comunes y sencillas en los pies”, explica el doctor Stanley Mathis, podólogo para el White Memorial Medical Center de Los Ángeles. “Estos se dan ante la reacción de defensa que manifiesta la piel ante la presión o fricción que se presenta cuando usamos un calzado estrecho o apretado”.

Los zapatos puntiagudos, apretados o de tacón muy alto son los peores enemigos de los pies, ya que promueven la formación de los callos, que aunque no hacen daño en las personas no diabéticas, son dolorosos y estéticamente feos.

“Por lo regular los callos se forman en la planta de los pies y los talones -detalla el podiatra-, así como en la cara externa e inferior del dedo gordo y chico de los pies”.

Los callos también se forman cuando tenemos pies planos o una distribución dispareja del peso de nuestro cuerpo en nuestros pies.

El doctor Mathis dice que la mejor manera de evitar los callos es usando unos zapatos cómodos, amplios para que no friccionen ninguna de las áreas de los pies: “Sé que este consejo no le gusta a las mujeres, porque les gusta vestir el calzado que está a la moda, pero ésta es de la única manera que se previene la formación de durezas en los pies”, resalta el galeno.

De caminar durante todo el día con unos zapatos incómodos que nos lastiman en alguna zona de los pies, el especialista aconseja aplicar crema sobre la piel adelgazada, colorada o adolorida (causada por el roce prolongado del zapato, ya sea en el talón o la planta frontal de los pies).

“Para prevenir la formación de callos en la planta frontal de los pies se tiene en el mercado unos parches con algo de acolchonado, que previene la fricción”, recuerda el doctor Mathis.

El uso de la antigua y popular piedra pómez, que hoy se encuentra en forma eléctrica, es fabulosa para prevenir la formación de los callos en las zonas donde ya se presentan durezas.

“La piedra pómez es mucho mejor que las máquinas con cuchillas que vienen para remover los callos”, resalta el podiatra. “Las máquinas con cuchillas no son recomendadas porque pueden resultar en cortaduras e infecciones, que resultan muy peligrosas en la personas diabéticas que tienen que estar muy pendientes de la buena salud de sus pies”.

El cuidar los pies con tratamientos de pedicure es una práctica buena, siempre y cuando, recalca el doctor Mathis, se haga en un lugar certificado para esta práctica con un buen récord de higiene.

“Cuando un centro de pedicure no sigue las medidas de limpieza y esterilización de todos los instrumentos y tinas que usan para sumergir los pies, se corre el peligro de contagiarse de hongos y bacterias”, advierte.

Rosy López, experta en productos naturales de belleza y fundadora de la compañía Secretos Naturales, en el Valle de San Fernando, afirma que con ciertos productos naturales se pueden combatir “esos callos que son un cuento de nunca acabar”.

“Vamos a que nos hagan el pedicure para quitarnos los callos, pero siguen saliendo”, dice la autora del libro Secretos de Mujer. “Y gastamos mucho dinero innecesariamente en vez de usar los alimentos o ingredientes que tenemos en nuestra refrigeradora o despensa para preparar mascarillas para los pies que son efectivas para remover los callos”, añade.

Una de esas mascarillas es la de flor de jamaica con azúcar morena, que se prepara de esta manera: 1 puñado de flor de jamaica triturada + 2 cucharadas de azúcar morena + 1 cucharada de aceite de oliva (o de cocina regular).

“Esta mezcla debe flotar en nuestros talones y toda la planta de los pies para exfoliar la piel y remover las durezas”, explica la experta en belleza. “Y es súper buena para quienes tienen los talones muy resecos y agrietados”.

Para estas personas, López aconseja aplicar en los pies la mascarilla de jamaica y azúcar morena antes de ir a la cama y luego aplicar sobre la piel exfoliada un poco de vaselina y dormir con calcetines. “Esto ayuda a sanar la piel agrietada. Y si los pies están adoloridos o muy cansados, en vez de aceita de oliva podemos usar aceite de romero o de árnica”, aconseja López, y explica que estos dos últimos aceites ayudan a desinflamar los pies.

El aceite de ricino es otros de los aceites buenos para eliminar los callos. Se aconseja colocar unas dos o tres gotas sobre los callos, flotar y repetir la acción dos veces al día.

El té de manzanilla también es excelente para aliviar molestias y suavizar la piel reseca y endurecida. Los pies se deben sumergir en este tipo de té, preparado en agua caliente, por unos 10 o 15 minutos y luego exfoliar con una piedra pómez. Se recomienda repetir el tratamiento por varios días hasta que desaparezca la dureza.

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