Recuerdan el legado de Monseñor Romero

Organizaciones comunitarias de Nueva York realizan misas y ceremonias para conmemorar el 35o. aniversario de su muerte

En El Salvador se realizó una peregrinación.

En El Salvador se realizó una peregrinación. Crédito: EFE

Los salvadoreños de Nueva York se suman a la recordación del aniversario del asesinato del Arzobispo de El Salvador, Monseñor Óscar Romero, ocurrido a manos de un sicario cuando oficiaba la misa, el 24 de marzo de 1980.

El crimen -cuya autoría intelectual fue adjudicada al fundador del partido Arena, Roberto D´Aubuisson, por la Comisión de la Verdad- marcó el inicio de la cruenta guerra civil que empujó a cientos de miles de salvadoreños a emigrar a Estados Unidos y permanece impune hasta ahora.

La efeméride y la próxima beatificación programada para el 23 de mayo por parte de la Iglesia Católica hace que la figura de Monseñor Romero sea honrada con exposiciones, foros y misas.

Esta tarde será inaugurada la exposición fotográfica Una voz para los sin voz, en el contexto del Día por el Derecho a la Verdad. La muestra es parte de la colección personal del Arzobispo, la cual fue digitalizada por el Museo de la Palabra y la Imagen. Serán expuestas en el primer piso del Edificio de Conferencias de la ONU (curve hall).

Este martes, a las 7 p.m. se oficiará una misa en la Iglesia San José Patrón (185 Suydam St., Brooklyn), organizada por el Comité de El Divino Salvador del Mundo.

También habrá una misa especial conmemorativa en la parroquia Santa Marta (Uniondale), y la iglesia Nuestra Señora de Loretto, en Hempstead, a las 7:30 pm.

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La Misión Permanente de El Salvador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) organizó el viernes un foro en el consulado al que asistieron delegaciones de Nueva Jersey y Long Island, los lugares de mayor concentración de salvadoreños en el área.

El titular de la Misión, Rubén Zamora, compartió su experiencia personal siendo un joven seminarista y periodista del periódico oficial de la Iglesia, con Romero, entonces un recién ordenado sacerdote de pensamiento conservador. Él entendía la pobreza como una situación particular y ayudaba a los más necesitados de forma convencional, con limosnas, pero fue golpeado por las condiciones de miseria en la que vivían los cortadores de café en Santiago de María, donde se desempeñó como Obispo, narró.

La dimensión política de Romero se transforma al descubrir la pobreza como un problema social con profundas raíces estructurales. El asesinato de su amigo, el jesuita Rutilio Grande (1977), a manos de militares, inicia su confrontación con el régimen y su discurso en la defensa de los derechos humanos, añadió Zamora, quien formó parte de la Unión Nacional Opositora (UNO) y de la delegación política de la ex guerrilla del FMLN para negociar y firmar la paz con el gobierno en 1992.

“Monseñor Romero es el más salvadoreño de todos los salvadoreños y el más universal de los salvadoreños”, dijo ante el público.

Por su parte, el periodista Carlos Dada, fundador del periódico digital El Faro y autor del revelador reportaje “Así matamos a Monseñor Romero”, indicó: “Los gobiernos de Arena (derecha) lo eliminaron (a Romero) físicamente de los libros y la historia nacional; pero se mantuvo vivo por los salvadoreños”.

Dada actualmente es uno de 16 becados por el Cullman Center for Scholars and Writers de la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL) y realiza una exhaustiva investigación para ampliar el contexto sociopolítico que rodea al asesinato de Romero.

Desde Rutilio Grande hasta los sacerdotes jesuitas en 1989, más de 20 religiosos -incluidas cuatro misioneras estadounidenses de la orden Mariknoll- fueron asesinados. “Hubo una persecución sistemática contra la Iglesia Católica y el comunismo fue el pretexto perfecto”, destacó Dada.

Entre tanto, miles de fieles participaron este domingo en la Peregrinación de la Luz desde la Plaza del Salvador de Mundo, en la capital salvadoreña, hasta la Catedral Metropolitana, con motivo del aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Romero.

Con motivo de la proximidad de la fecha del trigésimo quinto aniversario de su muerte, los salvadoreños rinden homenaje a lo largo de todo el mes al arzobispo mártir Óscar Romero, que fue asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de enfermos de cáncer Divina providencia.

Entre los homenajes que se le hicieron, la Procesión de la Luz, organizada por varias Comunidades Católicas de El Salvador, es uno de los más llamativos, ya que los asistentes portan estandartes y velas que iluminan el recorrido y banderas de diferentes países desde los que llegaron los fieles católicos.

A la celebración de la marcha de la luz acudieron representantes de comunidades católicas de Costa Rica, Nicaragua y Honduras, entre otras.

La Procesión de la Luz finalizó con la celebración de una eucaristía oficiada por el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, en el exterior de la Catedral Metropolitana de San Salvador, seguida de una vigilia en la que parte de los participantes en la marcha se quedarán a pasar la noche.

Minutos antes de la celebración de la eucaristía, el Obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, explicó que “lo que estamos viviendo es algo nunca visto hasta hoy en El Salvador, porque en otros homenajes no teníamos fecha para la beatificación y hoy sí y eso nos hace emocionarnos y sentir de otra forma”.

El religioso explicó que con Romero “pasa una cosa curiosa y es que cuanto más tiempo pasa, más gente se entusiasma con él, más gente lo sigue, más gente lo ama, mas gente se emociona con su historia, con su figura”.

Con información de EFE

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