Para diversificar sus inversiones correctamente
El consejo del siglo XVII es tan bueno hoy como lo era entonces: no coloque todos los huevos en la misma canasta
Algunas personas creen que diversificar consiste simplemente en distribuir sus tenencias entre activos y bonos. Sin embargo, una buena asignación de activos es un poco más complicada e implica medir cuánto riesgo uno puede tolerar.
Para diversificar correctamente, distribuya sus inversiones entre categorías de activos, como acciones, bonos y efectivo, y dentro de cada una de ellas.
El consejo ha persistido desde el siglo XVII y es tan bueno hoy como lo era entonces: no coloque todos los huevos en la misma canasta. El objetivo, desde luego, es reducir las probabilidades de perder todo de una sola vez.
Si se cae la canasta, se corre el riesgo de que todos los huevos se rompan. Pero si usted distribuye los huevos en varias canastas, aún le quedarán algunos huevos para el desayuno en el caso de que uno se le caiga por accidente.
Como inversionista, no coloque todo su dinero en una sola inversión. Imagine a un empleado de Enron que solo invirtió en las acciones de la empresa. Cuando la empresa quebró en 2001, el pobre empleado perdió su trabajo y los ahorros de toda su vida.
Por eso es importante la diversificación. Es la estrategia de distribuir sus inversiones para reducir el riesgo y atenuar los vaivenes del mercado. La diversificación es un proceso que consta de dos pasos.
1. Diversificar entre categorías de activos. Usted elige un determinado porcentaje de cada clase de activo de acuerdo con sus objetivos y su situación.
Las clases de activos básicos son las acciones, los bonos y el efectivo. Históricamente, las acciones generan una rentabilidad más elevada a lo largo de períodos más extensos, pero son más volátiles en el corto plazo. Los bonos proporcionan una renta regular y varían menos que las acciones, e históricamente poseen rentabilidades más bajas. Las cuentas de efectivo son las más seguras de todos los activos, pero generan la rentabilidad más baja a lo largo del tiempo.
Esta distribución de acciones, bonos y efectivo se denomina asignación de activos. Tenga en cuenta dos cosas importantes al momento de tomar la decisión: en primer lugar, su horizonte temporal. Si está invirtiendo para lograr un objetivo a corto plazo, como pagar una casa en cinco años, lo que necesita son activos de bajo riesgo y menor rentabilidad. Si el dinero es para la jubilación, incluya más inversiones de acciones de alta rentabilidad y mayor riesgo.
En segundo lugar, su tolerancia al riesgo. ¿Puede conciliar el sueño si el valor de sus inversiones cae? ¿Cuánta caída puede tolerar? Si su tolerancia es baja, puede empujarlo a vender con pérdida. En esos casos, lo mejor es una menor exposición al mercado de acciones y más inversiones de bajo riesgo.
2. Diversificar dentro de las categorías de activos. Usted elige inversiones en diferentes países, sectores y empresas.
Para las acciones, piense en empresas de diferentes tamaños o capitalización de mercado, que representa el valor de una empresa. Para los bonos, considere comprar diferentes tipos, como bonos de deuda pública, corporativos y de grado especulativo, también conocidos como de alto rendimiento. Las acciones y los bonos extranjeros contribuyen a que su cartera continúe creciendo cuando el mercado de EEUU está en problemas. También es importante mantener tenencias en una amplia variedad de sectores, por ejemplo, tecnología y energía.
¿Cómo se supone que usted comprará todos esos activos diferentes? Los fondos mutuos o fondos cotizados en bolsa (ETF) son un excelente vehículo para hacer exactamente eso. Cuando usted compra un fondo o un ETF, compra un conjunto de muchas acciones o bonos al mismo tiempo. Los fondos de índices que monitorean el mercado son una alternativa aún más diversificada, dado que algunos fondos mutuos o ETF se concentran en un solo sector.
Veamos todo esto con un ejemplo. Supongamos que usted es un veinteañero, posee una alta tolerancia al riesgo y le faltan algunas décadas para tocar sus inversiones para la jubilación. Decide colocar el 90% de sus inversiones en acciones y el 10% en bonos, asignando la mitad de su cartera a inversiones en EEUU y la otra mitad a inversiones internacionales.
Una asignación de activos ideal podría ser mantener cuatro fondos de índices distintos: un índice de mercado bursátil local (45%), un índice bursátil internacional (45%), un índice de bonos de EEUU (5%) y un índice de bonos internacionales (5%).
Ahora que sabe cómo diversificar su cartera, concéntrese en aumentar la cantidad de huevos y distribuirlos en más de una canasta.