Monseñor Romero se convierte en Primer Beato Salvadoreño
Todo está listo en San Salvador para el magno evento del sábado
SAN SALVADOR.- A partir de este sábado 23 de mayo América Latina tiene un nuevo beato. Monseñor Óscar Arnulfo Romero se convertirá en el primer beato salvadoreño en ascender a esta posición en la Iglesia Católica.
El Arzobispado de San Salvador estima que asistirán a la ceremonia de beatificación más de 250,000 creyentes locales y fieles que han llegado de todas partes del mundo.
La zona de la Plaza Salvador del Mundo, en el corazón de la capital salvadoreña, lugar en donde se llevará a cabo la ceremonia, comenzó a recibir a los fieles desde la madrugada del viernes. Las calles aledañas amanecieron cerradas y el asueto nacional decretado ha servido para que la población se prepare para el magno evento.
Foto: Archivo
Las diferentes congregaciones de católicos internacionales aprovecharon el viernes para visitar la cripta de Monseñor Romero, ubicada en la Catedral Metropolitana, así como otros lugares que fueron parte de la historia de Romero, como la Capilla del Hospital la Divina Providencia, lugar donde fue asesinado “el mártir por odio a la fe” el 24 de marzo de 1980.
Entre las personas que aprovecharon el viernes para visitar la cripta había un grupo de monjas guatemaltecas que se turnaron para tomarse fotos y tocar el féretro. Una de ellas, Hermana María, dijo que se siente afortunada de poder estar en El Salvador para presenciar el rito de beatificación.
“No todos los días vemos a un mártir transformarse en beato de la iglesia. Es un milagro de Dios”, dijo la Hermana María.
Quienes obtengan algún favor por intercesión del Beato Oscar Romero que se comuniquen con el Arzobispado de San Salvador.
Para más información visita www.romeroes.com
Oración a beato Monseñor Romero
“Oh Dios Padre Misericordioso,
Que por mediación de Jesucristo
Y la intercesión de la Virgen María,
Reina de la paz;
Y la acción del espíritu Santo,
Concediste al Beato Oscar Romero
La gracia de ser un Pastor ejemplar
al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los pobres
y los necesitados.
Haz, Señor, yo sepa también vivir conforme al Evangelio de tu Hijo
y concédeme, por su intercesión,
el favor que te pido… Así sea.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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