Cinco datos que te interesan sobre la sal

A la hora de sazonar los alimentos para consumirlos, uno de los ingredientes que generalmente no falta es la sal. El inconveniente es que cuando la usamos en exceso, ponemos en serio riesgo nuestro bienestar, no solo en cuestión de peso sino también en lo que respecta a la salud.

Por eso es imprescindible que antes de rociarla de manera indiscriminada en nuestros platillos, sepamos cómo afecta a nuestro organismo y cuánta podemos consumir sin que resulte dañina.

La sal de cocina es cloruro de sodio, señala Pietro Migliaccio, autor del libro Alto a la celulitis, lo cual aumenta la retención de agua en el organismo y causa edema –inflamación en los tejidos-, una de las causas principales de la celulitis.

Si tenemos propensión a la hipertensión arterial, el consumo de sal puede desencadenarla, por lo que hay que respetar la dosis diaria indicada que corresponde a 7 gramos de sal, es decir, una cucharada pequeña rasa.

Todos los alimentos que comemos contienen sodio en distintas cantidades, así que es conveniente reconocer el nivel de concentración que posee para no superar la dosis recomendada.

Usar este condimento en exceso hace que el cuerpo lo mantenga entre las células en espera de que los riñones lo filtren, lo que hace que estos órganos, así como el corazón y el hígado, realicen un doble esfuerzo para desecharlo del organismo.

Estos problemas no se notan de inmediato, sino que tienen un efecto a largo plazo, por lo que es imprescindible que desde temprana edad seamos conscientes de la importancia de usar la sal con medida.

¿Qué hacer para mantenerla al límite?

El autor recomienda, para reducir los niveles de sodio que ingerimos, tomar en cuenta los siguientes consejos:

• Preferir los alimentos frescos y congelados en lugar de aquellos que contienen conservadores.
• Disminuir el consumo de embutidos y carnes frías, ya que en su proceso de elaboración requiere de grandes cantidades de sal.
• Al momento de preparar los alimentos es mejor condimentarlos con hierbas, aromáticos del tipo del ajo, cebolla, perejil, cilantro, entre otros, o especias, como pimienta, chile, azafrán, curry, etc.
• Usar jugo de limón o vinagre balsámico para resaltar el sabor de los alimentos.
• Limitar el uso de condimentos como consomés, salsa de soya, mostaza o catsup que tienen un alto contenido en sodio.

Con estas sencillas medidas, es posible mantener en buen estado nuestra salud, sin sacrificar la alimentación ni el disfrute de esos platillos que tanto nos agradan.

Colaboración de Fundación Teletón México
“Sé responsable de tu destino”
celeste@teleton.org.mxCinco datos que te interesan sobre la sal