Basta, dice la comunidad transgénero
Cansados de sufrir discriminación y violencia en su contra inician un movimiento de activismo para defender sus derechos en EEUU
Alexa Elizabeth Rodríguez es una mujer transgénero que emigró de El Salvador donde había creado una organización para hacer trabajo comunitario por el maltrato que sufría por parte de las pandillas y de los agentes de policía debido a su identidad de género.
Ahora, Rodríguez, quien actualmente tiene un caso en contra de El Salvador en la Comisión para los Derechos Humanos Inter-Americana denunciando la tortura que sufrió de parte de la policía del país, forma parte de una nueva generación de activistas que, a través de todo el país y desde diferentes trincheras se han dado a la tarea de defender los derechos del grupo más pequeño y discriminado de la comunidad LGBTG: las personas transgénero.
Rodríguez es una activista independiente y coordinadora de un programa para adolescentes transgénero en Washington, D.C. que lucha para que los adolescentes transgénero tengan una vida digna.
“Para los adolescentes trans la situación es mucho más difícil porque no entienden lo que está pasando en su vida, por qué no los acepta su familia, la comunidad o en la escuela. Muchos terminan huyendo de la casa, abandonando la escuela y piensan en el suicidio”, señala Rodríguez, quien conoce de primera mano lo que estos jóvenes están pasando.
Rodríguez apunta que muchas de las mujeres transgénero se dedican a la prostitución porque son víctimas de una sociedad que impide la “inclusión laboral y educativa” de las personas transgénero, que aparentemente “no tienen derecho a una vida digna o un trabajo seguro”, por lo que es necesario impulsar programas de concientización y educación.
La “T” en las siglas de LGBTQ es por “transgénero”, pero incluso dentro de la organización “también son discriminados”, afirma Saucedo, directora de TransLatin@ Coalition, quien en febrero pasado lideró a un centenar de personas transgénero que irrumpió sorpresivamente el Congreso Nacional de LGBTQ demandando su solidaridad para denunciar y defender a los miles de hombres y mujeres víctimas de abusos y discriminación en este país por intentar vivir con una identidad distinta a la de su sexo por nacimiento.
“La comunidad trans nunca ha sido incluida en cuestión legislativa, económica, académica y en todas esas cuestiones estamos como unos 40 ó 50 años atrás porque desde el principio del movimiento gay la comunidad transgénero fue excluida”, dice Salcedo.
“Nuestro gobierno de aceptar que no seamos incluidas en el Censo (como grupo) para que se destinen los recursos para los programas de ayuda que necesitamos, el hecho de que no estemos en el Censo explica el por qué no hay ahora suficientes recursos para la comunidad trans”, sostiene Salcedo, quien actualmente está en pláticas con la ciudad de Los Ángeles para que se destinen fondos locales a programas de asistencia para la comunidad transgénero.
Activistas:
Rodrigo es un hombre transgénero, quien ha trabajado para que los jóvenes transgénero tengan acceso equitativo a oportunidades en el campo laboral. Él sabe que como solo y porque no existen leyes en 33 estados que protegen a las personas transgénero de discriminación en el campo laboral todavía hay mucho que hacer para asegurar justicia para esta comunidad. Es hijo de la congresista Ileana Ros-Lehtinen (R-Florida) y el abogado Dexter Lehtinen y su familia le ha brindado apoyo, incluso su mamá participante en la campaña Got Your Back/A Tu Lado de GLAAD. Rodrigo vive en Los Ángeles
Arianna Lint: Esta mujer transgénero dejó su país natal, Perú, y su carrera como abogada porque sentía persecución por su identidad de género. Ahora en el sur de la Florida, ella trabaja en una agencia que provee información importante acerca de la prevención del VIH a la comunidad Latina.
Mariana Marroquin: Esta defensora (sentada en la foto) originalmente de Guatemala lucha en contra de la violencia dirigida hacia la comunidad transgénero. También trabaja para brindarle recursos a las personas LGBT en Los Ángeles para que nos queden callados y busquen el apoyo necesario.
Obama, un aliado
El presidente Barack Obama, que estableció su autenticidad como defensor de los derechos de los homosexuales y las lesbianas cuando respaldó los matrimonios entre personas del mismo sexo, ha extendido en forma constante el apoyo de su gobierno al grupo más pequeño y menos aceptado del arcoíris LGBT: los estadounidenses transgénero.
Obama se convirtió en el primer jefe del ejecutivo en pronunciar la palabra “transgénero” en un discurso, a hacer nombramientos de políticos pertenecientes a esta comunidad y en prohibir la discriminación laboral contra los trabajadores gubernamentales transgénero.
En su primer período como mandatario también firmó una legislación contra delitos por intolerancia que se convirtió en la primera protección federal hacia los derechos civiles de los transgénero en la historia de Estados Unidos.
- Algunos avances han pasado desapercibidos porque también beneficiaron a las comunidades gay, lesbianas y bisexuales, las cuales son mucho más grandes que la transgénero. Eso fue lo que ocurrió el lunes cuando la Casa Blanca anunció que Obama tiene pensado firmar una orden ejecutiva que le prohíbe a los contratistas federales discriminar a los empleados con base en su orientación sexual o identidad de género.
En otros casos, los grupos defensores de los derechos de las personas transgénero y el gobierno han acordado mantener un enfoque de bajo perfil, tanto para esquivar la resistencia como para enviar el mensaje de que los cambios no son la gran cosa, dijo Barbra Siperstein, que en 2009 se convirtió en la primera persona transgénero en ser elegida al Comité Nacional Demócrata.
Avances
- El gobierno federal ha emitido órdenes ejecutivas para facilitar a las personas transgénero actualizar sus pasaportes, obtener seguro de gastos médicos bajo la Ley de Cuidados Médicos Accesibles, recibir tratamiento en las instalaciones del gobierno para veteranos de guerra y buscar acceso a los baños de las escuelas públicas y a programas deportivos.
- La Oficina de Manejo de Personal anunció el año pasado que las aseguradoras de salud contratadas por el gobierno podrían empezar a cubrir el costo de las cirugías de cambio de género para empleados federales, jubilados y los que les sobrevivan, con lo que puso fin a una prohibición de 40 años en torno al tema.