American Pharoah: Un potro de 100 millones
El triunfo en la Triple Corona dispara el valor del purasangre American Pharoah
La voz ahogada de Víctor Espinoza después de ganar en Belmont Stakes la tarde del sábado se pierde en el rugido sin final de una tribuna con 91 mil espectadores, desatada y resuelta a la celebración de la Triple Corona alcanzada por el jinete mexicano sobre los lomos del purasangre American Pharoah.
Testigos de la historia y notarios del momento en el que un potro borraba con sus zancadas infinitas el estigma de 37 años sin una hazaña para la mitología de Belmont Stakes, que precisamente había construido su reputación legendaria por ser el mayor obstáculo para la triple corona de la hípica.
Detrás de la locura colectiva y la gloria de Espinoza y American Pharoah, que ya nadie les quita, subyace lo friamente racional.
El hombre con la calculadora. El que ya no suma segundos y fracciones de segundo sobre lo que pasa en la pista, sino millones y millones.
Ahmed Zayat es su nombre y si Espinoza y el potro purasangre lograron una gesta ya aplaudida, el inversionista egipcio obró el milagro de convertir un potro de 20 millones (estimados) antes de la partida en un meganegocio de más de cien millones en sólo 2’26”65 que fue lo que duró la carrera.
Que el caballo ganador en la tercera joya de la corona ganaba más de 800 mil de la bolsa total de 1.5 millones, era cosa conocida, pero la verdadera magia del asunto radica en el factor multiplicador que supone el nuevo rol de American Pharoah en su papel de semental para los próximos años.
Su dueño Ahmed Zayat hablaba de venderlo en 20 millones, antes de ganar la triple corona, pero la revista Fortune afirma que en los próximos diez años el caballo podrá producir más de 120 millones en los cómputos globales de toda su carrera. Como competidor ya está cerca de nueve millones y como reproductor las cifras podrían ser extravagantes.
Algunos prefieren destacar lo que vale el caballo, en torno a 20 millones, pero otros hacen sumas y restas y lo valoran por los más de 100 millones que va a producir desde las plácidas estepas como jefe de algún establol
Víctor Espinoza honra su palabra
Expresivo y feliz, y no era para menos, estaba Víctor Espinoza, el jinete mexicano que ganó en los lomos del potro purasangre American Pharoah la exigente Belmont Stakes para completar la esquiva y legendaria triple corona de la hípica.
“Wow… Wow…” decía una y otra vez. Finalmente pudo desahogarse y se soltó, como soltó a su caballo a cuatrocientos metros de la línea de meta.
“Ya lo había dicho antes… todo en esta profesión depende del caballo… Si el caballo está bien el jinete puede sacarle partido”, dijo.
En entrevista con El Diario NY, Espinoza había dicho “Todo depende del caballo”.
Y esta vez American Pharoah fue un relámpago desde el partidor a la meta sin apenas dar opción a sus rivales.
“Wow.. Wow… gané la triple corona”, añadió el jinete de 43 años, residente en California desde los 12 años.
Espinoza insistió en darle todo el crédito al potro purasangre, pero los expertos en Belmont Stakes fueron unánimes en la conducción maestra del mexicano.